Capitulo 17

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No podía dejar de pensar que el infante que tenía en brazos parecía una copia exacta de ese hombre, su cabello, su nariz, inclusive el gesto que hacía al fruncir su carita, no sabía cómo sentirse, es su hijo después de todo, pero no podía dejar de llorar al verlo, no sabía cómo iba a poder vivir, con algo recordándole constantemente lo que había pasado

Kouyou no estaba en una posición mejor, no sabía si Chuuya llegaría a rescatarlos antes de que el desquiciado de Dazai, solo quedaba esperar, no es como si pudiera mover a Atsushi en su condición, acababa de dar a luz y el que lo forzará a caminar para seguir huyendo solo haría que los encontraran, suspiro viendo de lejos la escena, Atsushi mecía al bebé de un lado a otro, mientras se escuchaba un pequeño "shh, shh"

Lo único bueno de la situación es que había traído algunas cosas con ella, si no sabrá Dios como hubieran arropado al pobre niño, aún tenía en la mochila un poco de comida tal vez para pasar la noche, si es que Chuuya no llegaba, y por supuesto suponiendo que Dazai no los encontraría, suspiro una vez más, Atsushi necesitaba un chequeo al igual que el bebé, pero dada las circunstancias quien sabe si podrían conseguir un médico

— Atsushi, no quiero preocuparte pero si Chuuya no puede llegar a nosotros, tendremos que pasar la noche aquí, y mañana tratar de salir de aquí, no podemos arriesgarnos a estar tanto tiempo quietos, o ese loco podría encontrarnos. — él solo asintió con la cabeza mientras miraba hacia afuera por ahora suponía la cueva era lo más seguro a lo que podían aspirar —

No muy lejos de ahí un desesperado Dazai daba órdenes a sus hombres de desplegarse por todo el jodido bosque, estaba más que enfurecido, tan cerca había tenido a su querido Atsushi y de repente le perdió la pista, como se atrevía a huir de él, porque no podía entender que tenían que estar juntos, que su hijo tiene que crecer al lado de él también, se aseguraría que cuando lo encontrará le quedará claro

— ¡Cómo demonios son tan imbéciles! Si no lo encuentran rodarán sus malditas cabezas, lo teníamos tan cerca... —

Empezó a jalarse el cabello con desespero para colmo el jodido de Chuuya, tenía que estar de impertinente, como le gustaba meterse en lo que no importaba, no podía dejar de pensar en el albino, seguramente ya estaba en lo último de su embarazo y ahí estaba él corriendo, huyendo de él, como si le fuera hacer daño a su hijo, como podía pensar eso, él sería el mejor padre y esposo para ellos, claro siempre y cuando el albino también cumpliera con sus exigencias, cuando lo tuviera de nuevo en sus manos, se aseguraría de decirle cada una de ellas, a lo lejos podía ver a unos de sus hombre correr hacia él, tal vez tenía buenas noticias

— ¡Señor Dazai! Lo hemos encontrado, hay buenas noticias, ¡Usted ya es padre! Debe de verlo, ya los otros hombres están ahí —

No lo podía creer ya era padre, se moría por ganar de ver a su primogénito, se preguntaba cómo sería mientras caminaba al encuentro de su querido

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No, no, no le estaba pasando esto de nuevo, los habían encontrado, y lo peor es que por más que quisiera huir, no podía, sentía un dolor inmenso si quiera el levantarse, un alumbramiento no era nada fácil, y el bebé no dejaba de retorcerse en sus brazos tal vez sintiendo también la angustia de su pobre madre, que no podía hacer otra cosa más que llorar, Kouyou no podía ayudarlo ya que los hombres fueron rápido al inmovilizar en el suelo, solo rogaba porque no le hicieran daño, ella solo trato de ayudarlo, nada más, tal vez si se entregaba voluntariamente y le rogaba a Dazai porque la dejara ir, a cambio de él irse con él, la perdonaría

Entonces lo vio al principio de la cueva, llevaba su traje negro y una venda alrededor del cuello, no sabía cómo describir su mirada, si de deseo porque por fin lo tiene de nuevo o como de un desquiciado que no ha hecho más que joderle la existencia

— Mi querido no podría creerlo si no lo estuviera viendo, por fin me has hecho padre, déjame ver a mi hijo — se acercó a el, poniéndose de rodillas, esperando que le entregará el pequeño bulto que se retorcía —

— No...—

— ¿Que dices? — apenas se estaban volviendo a reencontrar y el albino ya estaba empezando con su rebeldía, lo tendría que disciplinar después, no quería un esposo así —

— ¡Que no, no es tu hijo es solo mío! — no sabía de dónde había sacado el valor, pero ahí estaba él, gritando como si no le doliera hasta respirar, estaba claro que aún no sabía que clase de sentimientos tener hacía el bebé, pero si uno cosa sabía es que no lo dejaría en manos de ese loco —

— Amor... ¿Porque te gusta tanto de la manera difícil?, además ¿Cómo te atreves a decir semejante calumnia? Mi hijo y yo somos como dos gotas de agua, así que déjate de estupideces, deja de ser tan terco —

— No dejaré que lo toques, ere un monstruo sádico, no atrevas a tocar a mi hijo ni siquiera un cabello —

— Tú no serás quien de órdenes, esas las daré yo, no me provoques Atsushi... —

— Señor... —

— ¿Que diablos quieres? —

— No quiero presionarlo, pero deberíamos irnos antes de que llegue más apoyo del señor Chuuya, además su esposo acaba de dar luz, debería descansar y ser revisado por algún doctor —

— Vaya, hasta que alguno de ustedes piensa, tienes razón mi querido esposo debe descansar, tal vez las hormonas lo tienen tan alterado, asegúrate de que vaya cómodo en la camioneta, yo me ocuparé de esa perra —

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Díganme qué les pareció :( hace mucho que no escribía y no es que no quisiera acabarla, si no como dije en otro comentario la razón porque la que la había dejado 🥹

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⏰ Última actualización: Jan 15 ⏰

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