88 teclas (Hannigram)

♪ Moonlight Sonata

Sin nada que añadir, una vez tenía todas sus pertenencias, subió al coche. Hannibal no iba a ir en un taxi de segunda y menos teniendo un invitado delante. Su reputación de hombre refinado se caería por lo suelos y eso no lo podía permitir.

   Una vez dentro, arrancó. No esperaron a nadie, tampoco esperaban ser despedidos gratamente.

   Will miraba por la ventana. El miedo que sentía se había esfumado.

— ¿En qué piensa, Graham?

— ¿Alguna vez ha pensado en formar una familia?

— ¿Familia?

— Sí, ya sabe. Tener hijos, mujer... esas cosas.

— Sabiendo que soy homosexual, dudo que tener una esposa sea uno de mis sueños por cumplir.

— Marido, mujer... Me da igual, una familia. Formar una familia. ¿Alguna vez has meditado sobre ello?

— Si le soy sincero, no. ¿Usted?

— Yo sueño con vivir tranquilo en un hogar junto a mis perros donde mi única preocupación sea cuidar a mis cachorros.

— Veo que no es de los que sueñan en grande.

— La gran mayoría de esas personas son humanos llenos de complejos con ganas de dar un giro a su vida para no sentirse fracasados durante el resto de su existencia.

— Buen punto de vista.

— Gracias.

Durante el viaje, no hubo mucha conversación. A Graham le gustaba observar las nubes y, a Lecter, la carretera para no provocar ningún accidente. En medio del silencio, Hannibal subió la radio.

— ¿Qué es esto?

— Moonlight Sonata, de Beethoven.

— Es bonita...

— Como le veo muy pensativo en este momento, creo que esta es la canción perfecta para usted.

La música les acompañó durante todo el trayecto donde, la única conversación que tuvieron a partir de ese momento, fue:

— ¿Adónde vamos?

— ¿Acaso necesita saber el destino para elaborar sus sospechas sobre un posible secuestro?