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Ela

Sonreí al verme al espejo, mi reflejo me hacía sentir poderosa. El vestido rojo resaltaba mis curvas y atributos.

<Sin duda alguna seré un tema del cual hablaran está noche>

Me encantaba ser el centro de atención, siempre lo he sido, fuera a dónde fuera, con la ropa que sea, siempre me volteaban a ver.

Privilegios de ser una mujer atractiva y famosa, no solo por pertenecer a una de las familias más poderosas de todo el mundo, si no por estar en el top 3 de las mejores diseñadoras de modas a nivel mundial.

El vestido que se ajustaba a mi piel lo había diseñado yo misma, en un principio lo diseñe para una de mis colecciones de vestidos de gala, pero al probarmelo y ver cómo se abderia a mi como una segunda piel, me fue imposible no quedarmelo.

Los segundos pasaban y yo no podía dejar de admirarme, Jayden decía que tenía una especie de obsesión, aunque poco me importaba. Siempre he dicho que los espejos están para admirarnos y si no lo hacemos nosotras, ¿Quién lo hará? Exacto nadie.

Sentí la pesada respiración de Jayden a mis espaldas. Abrí los ojos y me aleje sonriéndole, tratando de disimular mi desagrado.

Jayden era mi prometido desde hace dos años, aunque por más que lo intentará nunca sería ese hombre que me hiciera sentir completa, pero no era culpa suya, era mía por haber aceptado estar con el en primer lugar. Ahora solo me quedaba sonreír y fingir que no descubrí aquel mensaje de un tal " Juan mecánico "

Por qué si, sospechaba que el imbecil me estaba siendo infiel.

Suspire poniéndome el labial rojo mate que tenía sobre el tocador. Mi cabello estaba suelto definido por ondas que le daba un aspecto voluminoso y suave.

Cuando estuve lista volví a sonreírle a mi reflejo y asentí, satisfecha por lo que veía.

–Amor, ¿Estás lista?–

La voz de Jayden llegó como una maldición, justo ahora estaba en un punto en el cual hasta su respiración me molestaba.

–Si, en un momento bajo– Grite para que el logrará escucharme hasta la primera planta.

Me mordí el labio antes de empezar a caminar hacia el centro de la habitación donde se encontraba mi bolso. Una vez que lo tuve entre mis manos, con paso decidido avance hacia las escaleras y las baje con una sensualidad propia de mi.

Jayden me estaba esperando justo en el último escalón. Me sonrió e hice lo mismo, estuvo a nada de darme un beso en los labios pero inmediatamente corrí la cara. En su expresión se reflejó dolor.

¿Dolor? Dolor será lo que sienta cuando le de una patada en la verga.

Fingí una mueca de disculpa.

–Cariño, es que me puedes dañar el labial–

Su sonrisa volvió aparecer y asintió para luego agarrar mi mano en donde depósito un beso que para mí gusto fue muy húmedo. Cuando el volteo para agarrar las llaves del auto fingí acariciarle el brazo, mientras que me limpiaba la humedad que había dejado.

MOMENTOSS +21Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz