Capítulo IV

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Narra Rume.

Supuestamente los abuelos habían llegado a un acuerdo y ese era que ninguno iba a salir de la casa el día de hoy, para mí era una idea perfecta ya que conviviríamos con ambos al mismo tiempo. El día había empezado de maravilla, el abuelo nos había dejado dormir un poco más por petición de la abuela, había notado que él nunca se negaba a lo que la abuela le decía, me parecía una manera de persuadirlo más adelante.

Durante el desayuno el abuelo no dejó de planear y hablar con la abuela de posibles salidas juntos, por lo que Tahu me había contado habían tocado ese tema cuando el abuelo llegó así que podría decirse que estaba cumpliendo lo que la abuela le había pedido, me parecía perfecto y un poco queda bien de su parte. Realmente el abuelo y su actitud de ayer no me tenía para nada contenta pero me gustaba que fuera tan dedicado cuando se trataba de consentir a la abuela con lo que pidiera.

Ahora estábamos en el bello jardín, me gustaba mucho ese lugar y a Alechi también, las flores estaban preciosas, olían muy bien. Había una casa del árbol que el abuelo me había contado que le pertenecía a mi madre, era muy bonita, de color blanco y con una muy buena vista, la abuela me contó que ella solía jugar allí con el papá de Tahu y mi tía Perú, también solía jugar con mi padre cuando la abuela URSS venía de visita.

Me gustó escuchar de la abuela que mis padres habían tenido tanta química desde pequeños e incluso el abuelo solía bromear con que sería un excelente yerno, claro que quiso matar a papá en cuanto se enteró de la relación que él tenía con mamá. Miré todo lo que había en aquella casa, principalmente juguetes y fotos de mamá cuando era pequeña, habían unas cuantas en las que estaba con papá y el tío USA, claro que me llevaría unas cuantas para mostrarselas a mamá y papá.

— Vaya que me siento viejo aquí — Escuché la voz del abuelo. — Entonces estabas aquí — Sonrió tomando una espada.

— ¿Esa madre es real? — Cuestioné con nervios al ver cómo la sacaba de su forro.

— Claro que lo es, a tu madre le gustaba mucho jugar con estas — Sonrió el abuelo con tranquilidad. — Esta la tengo desde que conquisté Argentina —

¿Como el tío Argentina lo seguía estimando después de que conquistó su territorio? Bueno, que tampoco lo estima mucho, cada que lo visitamos solo habla maravillas de la abuela y de su terrible sentido del gusto al estar con el abuelo.

Desde mi punto de vista estaba equivocado, claro que el abuelo tenía ideas bien curiosas de vez en cuando pero hacía una buena pareja con la abuela, se podría decir que era un match perfecto, la abuela era más calmada y podía calmar la hiperactividad del abuelo, también el abuelo no la dejaba abandonada como tal, por el poco tiempo que estamos aquí he notado que hace cualquier cosa para tenerla feliz, la atención que le da es muy buena y ni se diga del cariño, se pasa de empalagoso con ella.

La abuela también era muy cariñosa con él aunque no lo aparentara, se preocupaba y lo cuidaba con cariño, podía controlar muy bien la actitud de niño pequeño que el abuelo tenía y le daba una atención buena, claro que lo regañaba mucho pero es eso o que estén peleando a cada rato.

— Mira cielo, es nuestra mocosa cuando estaba pequeña — Observé como el abuelo ayudaba a la abuela a subir.

— Extraño cuando corría por todos lados jugando con USA — Respondió la italiana mirando las fotos con cariño. — Una vez dejaron salir a todos los cerdos y tu abuelo estuvo corriendo por horas para atraparlos todos — Soltó una risita alegre mirándome.

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⏰ Last updated: Apr 27 ⏰

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Viviendo con los abuelos [Countryhumans]Where stories live. Discover now