9. Cuerda de barro

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DÍA 22 – LUNES

Después de una conversación muy incómoda y una reprimenda tras el incidente, ambos fueron puestos a cargo de lavar platos durante las siguientes dos semanas. Por supuesto, Neteyam tuvo uno o dos días para recuperarse y luego se unió nuevamente a las actividades del equipo y al castigo. Él y Aonung realmente no hablaron al principio, había una vibra incómoda entre ellos desde que fueron atrapados.

Neteyam no podía imaginar por qué; no había sido tan malo después de todo, pero Aonung evitó sus ojos como si fueran láseres. Hizo que el pequeño espacio de la cocina pareciera aún más pequeño, ambos sufriendo por la incomodidad de la semana. El lunes siguiente ambos estaban exhaustos y superados y cuando Aonung golpeó suavemente el hombro de Neteyam, Neteyam le devolvió el gesto con una pequeña sonrisa.

– ¿Cómo está la zona donde te picaron?

– Toda la hinchazón y el dolor han desaparecido, pero ahora hay una cicatriz descolorida. Supongo que soy uno de los chicos geniales.

Aonung asintió, dejando caer los hombros aliviado.

– ¿Vas a ir a la fogata esta noche? Es sólo para los niños mayores.

– ¿Irás tú?

– Puede que sí

– Pueda te vea allí entonces.

Aonung sonrió y le pasó otro plato para que se secara.

– Creo que Lo'ak le pidió a Tsireya que fuera.

Neteyam musitó en voz alta.

– Ese pequeño est-

– Oye, yo lo mantengo bajo control –golpeó el pecho de Aonung– Tú mantente bajo control.

Aonung dejó escapar una risita de incredulidad, sin estar seguro de cómo responderle al otro mientras se giraba y hacía volar su cabello nuevamente. Aonung quería agarrarlo y tirar de él hacia atrás.

– ¿Ya casi terminas? Necesito cambiarme antes del evento de tirar de la cuerda. No puedo manchar de barro esta camiseta.

– Eh, sí, adelante.

Aonung tanteó mientras Neteyam se estiraba y un trozo de piel acaramelada asomó entre sus pantalones cortos y su camisa.

– Gracias. Nos vemos en un momento.

Aonung tuvo un momento sin tener ni idea de cómo reaccionar, sintiendo una oleada de calor y algo más que decidió ignorar.

Ha comenzado a acostumbrarse a que Neteyam esté cerca.

Fue un poco molesto pero no podía negar que se habían acercado a medida que pasaba el tiempo. Era una especie de amigo en este momento, algo que Aonung no pensó que sería desde que lo vio y no pudo decidir si quería follarlo o matarlo.

Obviamente no realmente, pero Neteyam era una persona tan cautivadora y no le gustaba verse arrastrado a algo que él no había instigado.

Además, era guapo, lo que lo hacía aún peor y Aonung no podía quitarse de la cabeza el pensamiento de su piel desnuda. ¿Qué estaba pensando en este momento? Aonung maldijo en voz baja, puso el último plato en la repisa y se pasó una mano por la cara como para ahuyentar los pensamientos.

– Oye, 'Nung. ¿Ya terminaste? –su hermana se apoyó en uno de los mostradores.

– Oh, sí. ¿Me necesitas?

– No, sólo estoy comprobando. Has estado un poco callado.

– Estoy bien, no te preocupes. Me sorprende que te hayas fijado en mí cuando estás tan atrapado con ese chico del bosque.

Campamento Awa'atluWhere stories live. Discover now