7. Mensaje desconocido

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DÍA 10 – MIÉRCOLES

Después de algunas noches más de enseñanza de Aonung y Tsireya, los niños Sully mejoraron bastante su resistencia a la natación. Realmente les ayudó en la carrera de natación que le recordó a Neteyam ese viejo programa de Survivor que su padre solía ver. Su natación fue mucho mejor y habrían llegado primeros si no fuera por el golpe de mala suerte que les sucedió ese día.

El Equipo Azul quedó tercero, aunque perdió mucho tiempo intentando colocar más banderas en sus cubos después de tener que dividir el equipo en dos para llevar a la orilla a Spider, que estaba llorando. Tenía marcas rojas brillantes en un brazo y un pie, la piel hinchada y ardiendo al tacto. Resultó que le había picado una medusa. Asustó a la gran mayoría de campistas.

Tonowari cerró el lago durante una semana y prohibió la natación hasta que él y los demás hombres de la comunidad descubrieran el origen de la repentina aparición de medusas en el lago. En los próximos días las sacarán con redes y las devolverán al océano.

– ¿Qué hacemos ahora? –preguntó Tuk.

Por mientras Kiri iba con Ronal a mirar sus picaduras en la sala médica. Resulta que ella era una doctora de pleno derecho e incluso agradeció las sugerencias de Kiri sobre un tratamiento natural. Neteyam se preguntó si debería mencionárselo a su madre; tal vez eso aliviaría la tensión entre las dos mujeres.

– Probablemente cambiemos esta semana por otra, pero eso significa que el resto de la tarde está libre. –murmuró Tsireya, mirando preocupada a su padre y a los demás que colocaban una barrera de cinta roja entre los puestos de la playa.

Neteyam miró a Lo'ak y le hizo un gesto con los ojos. Lo'ak pareció captar la indirecta y se aclaró la garganta.

– ¿Necesitas ayuda? No tenemos nada que hacer.

– Oh, no quiero molestarlos. Por favor, vayan a disfrutar. –ella sonrió suavemente.

– No es ninguna molestia. Vamos.

Lo'ak parecía un cachorro y Neteyam ocultó su sonrisa, viendo cómo los ojos de Tsireya se iluminaban un poco más.

– Bien, tal vez puedas ayudar a reunir algunas provisiones para que podamos entretener a los pequeños. Siempre hacen de las suyas cuando hay tiempo libre.

– Creo que iré a ver si puedo ayudarlos. –señaló Neteyam hacia el lago por encima del hombro.

Ignoró deliberadamente la mirada de traición que Lo'ak le dirigió, seguro de que su hermano se lo agradecería más tarde.

– Gracias –Tsireya estrechó su mano por un segundo antes de ofrecérsela a Tuk– ¿Lista para irnos?

Todos regresaron a la casa principal con Tuk charlando.

Neteyam se volvió hacia los otros hombres y corrió hacia ellos.

– ¿Necesitan ayuda?

Tonowari agradeció el par de manos extra, aunque expresó su preocupación por dejar que los niños ayudaran. Neteyam le aseguró que no era ninguna molestia y evitó la risa disimulada que le soltó Aonung. Se mantuvo alejado de él y de sus otros amigos, hablando sólo con los hombres mayores y con Rotxo.

Neteyam se preguntó si Aonung no quería que hablara con su amigo porque claramente parecía que eso le molestaba. Rotxo ni siquiera se dio cuenta e hizo compañía a Neteyam el resto de la tarde mientras revisaban de nuevo los perímetros de las redes y los muros.

La cena transcurrió sin incidentes y después de hablar con sus hermanas, Neteyam regresó directamente a su camarote. Ya se había duchado tras volver por la tarde y se había puesto un sencillo pijama de Batman que Lo'ak le había regalado por su cumpleaños.

Campamento Awa'atluWhere stories live. Discover now