Lisa

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Fui a un club nocturno de lujo, era una noche fría, caminé lentamente hasta el lugar y al entrar observé la calidez de la sensualidad.
Mi nombre es Serato, un hombre solitario de 40, alguien que puede darse el lujo de ir a aquellos sitios sin tener que perder permiso a nadie.

Bebía de mi copa en la mesa, y en el show de aquellas mujeres sensuales me fijé en una especialmente. Aquella chica era bastante bella, y al parecer era una debutante. La presentaron como Lisa, y realmente es una preciosidad.

Muchos de los hombres se volvían locos con aquella chica, sus largas piernas los hacía perder la cabeza. Muchos en ese momento deseaban llevarla a la cama, desnudarla y hacerle el amor hasta llenarla de semen, pero simplemente eran cosas momentáneas, son individuos que no saben apreciar el verdadero placer de estar con una mujer.

Por mi parte miraba a Lisa detallando su rostro, disfrutando de su belleza y sensualidad, sus labios podían ser una adicción, Lisa podía tener a sus pies a cualquiera. Y fué en ese momento mientras admiraba su rostro que nuestras miradas se cruzaron, Lisa me miraba fijamente, sorprendida de que alguien la mirase al rostro, sorprendida de que ante tantos hombres que miraban su cuerpo para devorarlo, encontrara a alguien que en verdad admirara su belleza.

Sonreí y levanté mi copa hacia ella, Lisa seguía mirándome y sonrió levemente.

****

Fui cada noche a ese club con la finalidad de beber una copa de vino y deleitarme con la belleza de las mujeres que bailaban ahí, sobre todo por ver a Lisa.
Una de esas noches cuando terminó el Show y estaba por irme colocaron una copa en mi mesa

—No te vayas aún, la noche es joven—

Exclamó una dulce voz y al mirar me di cuenta de que era Lisa.

—Puede ser, aún que para mí puede que ya no lo sea—

Lisa rió ante mi comentario y me preguntó si podía acompañarme, a lo cual obviamente respondí un si.

La noche fue amena, platiqué con ella como si nos conociéramos desde hace mucho tiempo, el tema siempre era hablar de ella, pero no de sus cosas privadas, no era necesario, además yo había tenido bastante experiencia con las mujeres lo que me ayudaba a deducir que Lisa podía ser una estudiante y que en su familia y círculo de amigos nada sabían a lo que se dedicaba en las noches, cosa que no era nada malo, las chicas de esos clubs solo se dedican a eso, a bailar, pero no eran prostitutas.

Lisa se sentía cómoda conmigo, eso me agradaba, y fue así como poco a poco comenzamos a tratarnos.
Aquella noche no fue la única, las siguientes después de sus presentaciones al final, ella se acercaba a mi mesa y charlabamos pasando momentos agradables.

****

De Lisa descubrí que es una chica dulce, tierna,  tenía varias metas y entre ellas viajar por el mundo. Me encanta escuchar todo lo que ella dice, y tal vez ese factor era que hacia que Lisa comenzará a tenerme aprecio, tal vez bastante, y eso lo comprobé cuando no fui por dos semanas al club.

Después de ese tiempo en el que no había ido, Lisa al verme mientras bailaba se había desconcentrado, la noté nerviosa y ansiosa y no dejaba de mirarme. Al finalizar su show ella se acercó, estaba enfadada, molesta.

—Asi que al fin decides aparecer —

Yo rei ante su comentario, no éramos nada y aún así ella tenía la sensación de que yo le pertencia, y eso era lo que yo había querido desde el principio.

Momentos después hablamos, y note a Lisa su felicidad de volver a verme, esa noche la pasamos hablando más del tiempo que sabíamos acostumbrar, y esa noche dió sus frutos, me pidió mi número y me pasó el de ella para no perder el contacto, y desde ese momento sabía que ya estába en su mente.

****

Una noche no fui a su show, pero marque a su teléfono...

—Serato...—

—Lisa, hoy no pienso ir a tu show—

—Que? Por qué —

—Por que quiero invitarte a salir esta noche —

Lisa estaba en silencio, sabia que le emocionó mi invitación

—Estas loco—

—Puede ser, sin embargo te espero a las 8 en un lugar especial. No faltes — y luego de eso colgué.

Horas después estaba en un lugar elegante, le había mandado por mensaje la dirección del sitio, no sé cómo haría para ella no presentarse al show esa noche, pero estaba seguro de que acudiría a mi cita, y lo confirmé cuando ella entró al lugar.
Lisa se veía bastante preciosa esa noche, una abrigo, falda negra, tacones y medias oscuras.

La saludé con un beso cerca a sus labios y la invité a la mesa.
Lisa y yo disfrutamos de un dulce vino, hablamos de muchas cosas y yo no dejaba de mirarla, sus ojos me cautivaban, y sus labios me provocaban, se que en ese momento Lisa no podía ocultar las reacciones de su cuerpo, el vino, la noche y el momento eran  puntos para que una mujer sintiera excitación, y Lisa no fue la excepción, ella cruzaba bastante las piernas en ese momento, señal de que ella había mojado ya sus bragas, y en ese momento tome su mano, la acaricié sutilmente, ella me miró a los ojos y yo a sus labios y le dije lo preciosa que es, y que quería besarla, fue así como ella sin pensarlo se acercó y me besó.

Fue un momento sublime, al fin probaba sus sensuales labios y le propuse irnos a un lugar mas privado, a lo que ella aceptó.

Continúara...

Relatos de un Amante Where stories live. Discover now