1. No me hables de Stevie.

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Las caricias se sentían reconfortantes, le gustaba sentirse así mientras se acurrucan en la cama del mayor, Malcolm ronronea encantado porque Reese le besa la frente con amabilidad. Pasan de las onces de la noche y todos deben estar dormidos, por eso es más sencillo acostarse abrazados en la misma cama y besarse sin que nadie los vea. El aroma cítrico de Malcolm flota directo a las fosas de su alfa quien posesivo se aferra a la cintura del menor.

Ya llevan prácticamente cuatro años juntos pero parece que no ha terminado esa etapa de “Luna de miel” para ellos, no se puede evitar porque Reese es un alfa muy pegajoso, que siempre está teniendo detalles con Malcolm y aunque Malcolm sea un poco más frío, puede derretirse cada vez que su alfa le dice cosas lindas o hace lo que sea por él. Está pronto a irse a la universidad y eso comienza a molestar un poco a su lobo porque le grita siempre que se lleve a Reese con él aunque sabe muy bien que no puede.

—  Te extrañe. — le dice. Malcolm rueda los ojos divertido.

— Nos vimos en la mañana a la hora del almuerzo.

— Sí, solo para que me ignoraras. — se quejo, arrugando el entrecejo. El Omega dejo un besito en la nariz de Reese.

— Llegó Stevie, sabes que es mi mejor amigo y quería hablar sobre el tema de su carta de solicitud en los laboratorios de biomedicina Norvet.

— No me hables de Stevie. — se enterró en el cuello de su Omega. — Mejor déjame dormir aquí toda la noche.

— Si mamá viene a hablarnos por la mañana se sorprenderá, o si Dewey se despierta primero...

— Lo golpeare si dice algo.

— Reese. — hablo con advertencia. El alfa negó enterrandose más en el cuello de su omega. Malcolm se rindió. — Bien, tu ganas. Ya nos lo arreglaremos por la mañana.

— Así está mejor. — sonrió triunfante. — Buenas noches mi amor. — le dió un casto beso en los labios.

— Buenas noches, alfa.

— Malcolm...

— Mmm.

— Cuando te vayas a la universidad. — Malcolm bajo la mirada para ver el cabello oscuro de su hermano mayor.

— ¿A qué viene el tema? — Reese salió del cuello ajeno dejando su cabeza en el pecho de su Omega.

— Estás pronto a irte a la universidad. — Reese desprendió su olor a angustia. — No quiero que te vayas por mucho tiempo.

— Reese, ya hablamos de eso.

— No. Stevie y tu hablaron de eso. — recriminó. El Omega suspiro cansado, nuevamente esa rivalidad unilateral que no entendía. — Llévame contigo.

— Sabes que no se puede, Harvard tiene dormitorios muy monitoreados. Me gustaría llevarte conmigo, lo sabes. Pero debes esperarme.

— ¿Tu vas a esperarme?

— Siempre. — beso sus labios. — Ahora duerme, mañana tenemos clase y yo una tarea con Stevie.

— Nuevamente, él. Ya no me hables de Stevie. — gruño. Malcolm soltó una risita dulce.

— Alfa, duérmete ya.

LLÉVAME CONTIGO [Wilkercest].Where stories live. Discover now