2. Te golpeare.

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El tranquilo silencio de la habitación se vio interrumpido por el padre de Stevie, Malcolm se giró a ver al imponente Alfa de piel oscura que con una sonrisa paso directo hacía su hijo. 

— Stevie, te olvidaste de tu inhalador.— le tendió el aparato. 

— Ha... gracias.

Inmediatamente el Alfa giró hacia Malcolm, tenía esa euforia que lo caracteriza y su aroma a felicidad floto lo suficiente en la habitación, el omega no cubrió su nariz por simple educación e incluso permitió que el alfa mayor se acercara agachado hasta su nivel en la silla para hablarle. 

— ¿Stevie te conto la buena noticia?

— No ¿Cuál es? — pregunto el omega con genuino interés. 

— Stevie fue aceptado como sujeto de pruebas del instituto de biomedicina Norvet. — musito realmente feliz.— El doctor Norvet lo escogió para su programa de neuropatía motora. 

— No es... nada. — dijo el beta restándole importancia, sin apatía, claro. 

— ¡¿Nada?! ¡Por favor, Stevie, es lo más emocionante que nos ha pasado desde que lograron meterte el estómago! — afirmo el alfa. — Quien sabe esta navidad podría ser nuestro primer viaje a esquiar. 

— Oye...

— Mañana iremos a ver tablas para la nieve.  —comenzó a caminar hacia la puerta, animado en grande por su hijo. 

— Oye...

— Solo dije a ver. — y salió de la habitación. 

Malcolm le sonrió a su amigo, con apoyo incondicional como siempre. Ambos volvieron a sus deberes una vez más, cosa que se vio interrumpida de nuevo cuando por la puerta entro Reese a paso duro en dirección de su escritorio que estaba siendo utilizado por Stevie en esos momentos. El alfa tiro todas las cosas del beta en el suelo, empujando con brusquedad las hojas que quedaron esparcidas por todo el piso. Malcolm se giró de inmediato en dirección de su hermano mayor, molesto por lo que acababa de hacer a Stevie. 

— Es mío. — dijo el alfa con burla, refiriéndose al escritorio. Malcolm se puso de pie para encararlo. 

— Reese ¿Cuál es tu problema?

— Él es mi problema. — apunto acusador hacia el beta. — Me gusta llegar a mi habitación y poner mis cosas en mi escritorio. 

Reese se giró hacia Stevie, se inclinó hacia él y le dijo:

— Existen los modales Stevie, cuando estas en una casa ajena...— Stevie le roció con su inhalador en la cara. — ¡Aaaah! — el picor hizo que Reese gritara. Luego lo tomo del cuello de la camisa con el puño levantando listo para golpear. 

Stevie lo miro con altanería, sabiendo que no iba a hacerlo. Reese se reprimió y bajo el puño lentamente, su aroma ácido gritaba rabia mientras apretaba la mandíbula.

—  Que valiente, Reese. Pégale, anda. — le dijo el omega con sarcasmo y enojado por la actitud de su alfa. 

— ¡No se vale! él me ha pegado muchas veces, se burla de mí, me trata mal ¡Y solo por estar en esa estupida silla de ruedas se le perdona! — escupió con coraje. 

— Yo culpo... a la sociedad. — Reese termino soltando el cuello del beta echándose dos pasos hacia atrás. 

— Lo siento Stevie.—  se disculpó a regañadientes el alfa.

— Eso es. — el omega dejo flotar su aroma dulce para el alfa quien bajo considerablemente su enojo. 

—¡Malcolm dejaste tus supresores en la nevera, sácalos de aquí o te los daré en la cena! —grito Lois desde la cocina. Malcolm rodo los ojos. 

— Sabría mejor. — se quejó y salió de la habitación. 

Stevie se inclinó en su silla de ruedas para recoger sus papeles tirados, el alfa también se puso de cuclillas para recoger lo que había tirado, a mitad de eso se giró hacia Stevie, con una sonrisa macabra que le dedico al beta quien se estremeció completamente al verla. 

—  Creo que si lo hare. 

— ¿Qué?

— Decidí que te voy a golpear, el viernes después de clases iremos a un lugar privado y te voy a dar tal paliza que tu silla necesitara silla. Quiero que lo pienses unos días. Imagínalo, suéñalo también, como yo. 

Stevie se aterro. 

— Y aunque me acuses vere la manera de hacer lo posible. Así que protege tu dignidad y mantén la boca cerrada. Tu trasero no sabrá que lo golpeo, pero yo si. — levanto unos cuantos papeles y se los dejo en el regazo. — Aquí tienes. — fingió una sonrisa.

Malcolm llego, Reese se fue. 

LLÉVAME CONTIGO [Wilkercest].Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora