—Julia se fue a la playa con sus amigas ese fin de semana porque discutió con él —le recuerdo.

—Cierto —se ríe—. Pero el punto es que no estuvo aquí y lo cuidaste.

Hago memoria hasta que recuerdo que fue una de las tantas barreras que ya estaba dispuesta a cruzar con él, y digo barreras porque después de mi relación con Nicholas, fue importante establecer algunos límites que no estaba dispuesta a cruzar con cualquiera. Involucrarme antes de tiempo fue uno de los tantos errores que me llevó a depender de él, y después de mi relación con Lauren y mi... vínculo con Doug, creí que lo mejor era tomarme un día a la vez cuando además empecé a sentir cosas por Ethan.

—Mmm, pero si mal no recuerdo, ya conozco tu casa —le digo, enarcando las cejas.

—Pero no conoces a mi familia.

—Ah, así que me invitas a dar el siguiente paso. —Bromeo, aunque no me sienta exactamente de buen humor al respecto. No después de lo que pasó con Lauren en el bar y lo que parecía que iba a pasar cuando por impulso toqué su muslo más de lo que debía para supuestamente consolarla.

Me siento como una infiel. O casi. Con Ethan no hemos establecido ser exclusivos y con Lauren no es que hayamos hecho algo más que sentarnos a conversar, pero tampoco me voy a engañar, porque si hubiera pasado al revés yo querría que él me lo contara para mandarlo a la mierda. Eso no se hace.

—No espero conocer a los tuyos —me dice, sonriendo—. Así que no entres en pánico, aunque conozco a Sherlock y a Julia. Creo que es un paso que ya diste.

Le sonrío de vuelta por costumbre, pero no es como otras veces porque algo dejó de sentirse como antes.

A veces es como si pudiera recordar el momento exacto en el que quise estar con él; recuerdo que ambos estábamos riéndonos de algo que dije sobre uno de sus amigos y cuando le pregunté por qué no me respondía las bromas para quizás ponerme celosa, me dijo que sabía que aunque me riera iba a lastimarme. Y recuerdo que lo dijo sin verme, con la vista fija en su celular, como si fuera un comentario sin importancia y me di cuenta que me cuidaba incluso cuando yo estaba dispuesta a reírme por algo que en el fondo sí me hacía daño.

No fue la primera vez que me hizo pensar en las cosas que soporté antes de conocerlo. Lo hizo desde el principio cuando todavía tenía ese impulso de mentir, engañar y lastimar antes de que me lastimaran a mí, y me sentí tan orgullosa de por fin saber elegir a las personas que sí me hacían bien que no encontré razones para no confesarle que sentía cosas por él. No me preocupé cuando sentí que lo necesitaba porque no era Nicholas. Él no era Nicholas.

Es verdad que nunca le dije que estaba enamorada, ni una sola vez hasta ahora, pero creo que lo hubiera hecho. Si otras hubieran sido las circunstancias y si no hubiera conocido a Lauren primero, habría pensado que eso era amor.

Pero sabía que no. Que por más que lo quisiera, que fuera bueno conmigo y me tratara mejor que la mayoría de personas con las que estuve, yo sólo me enamoré con Lauren, y si no podía quererlo igual no era porque hubiera algo malo en él o en mí, sino porque simplemente Ethan no era Lauren.

— ¿Todo bien? —Me pregunta, ahora mirándome porque llevo tanto rato callada que incluso se incorpora en la cama para estar más atento—. ¿No quieres ir?

Suspiro y hago un mohín con la cabeza. Tengo que ser sincera.

—Creo que antes de conocer a tu familia, deberíamos hablar. —Murmuro, poniéndome de pie para caminar hasta la cama donde me siento frente a él; Ethan enarca las cejas y luego frunce el ceño—. Mira, no es que no quiera porque en tu familia suenan como buenas personas, pero...

más de ti [camren]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora