El contraataque de la belleza intrigante en los últimos días

11.Calma

Capítulo 11

Después de conducir por un tiempo, Yan Qingyang también estaba cansado. Pasaba mucho tiempo sentado en la oficina y su fuerza física no era muy buena. La bicicleta era pesada y era muy difícil pedalear con alguien en él.

Los dos tuvieron que turnarse para andar en bicicleta. Wei Yan se burló en su corazón. Este hombre parecía alto y bordaba almohadas sin pensar. Era mucho peor que su hermano.

Al llegar al comité de la aldea, Yan Qingyang tomó una taza esmaltada y preparó un vaso de limonada. Los limones se cultivaban en su jardín y la miel se compró hace años.

¿Dónde se venden ahora estas dos cosas en el mercado? Normalmente sólo las saca cuando entretiene a los líderes, pero hoy ha hablado y no puede romper su promesa. 

Wei Yan bebió el agua fría de su tetera, tomó la limonada y la vertió en la tetera: "Gracias, adiós".

Yan Qingyang lo detuvo: "No vayas al hospital, el hospital no está muy limpio ahora". En el hospital Mucha gente murió y el suelo se empapó de sangre negra, esta persona parecía una mujer y se moriría de miedo si miraba.

"Sí, lo tengo"

Wei Yan agitó la mano sin mirar atrás, diciéndole que no iría, pero que quería ir a echar un vistazo.

La ciudad estaba muy vacía, muchas tiendas estaban cerradas y algunas tiendas de frutas y verduras estaban abiertas, pero había poco negocio.

Tienes que recorrer un largo camino para conocer gente, y la gente que conoces parece tener prisa.

Bolsas de plástico rotas ondeaban con el viento, creando una escena desolada.

Wei Yan condujo hasta la puerta del hospital.

El hedor a podrido lo golpeó.

La puerta retráctil automática de acero inoxidable estaba cubierta con una gruesa capa de polvo y las manchas de sangre seca eran apenas visibles.

Qué olor tan familiar del fin del mundo.

Wei Yan se quedó en la puerta por un momento y luego se fue. Fue al supermercado para echar un vistazo nuevamente. La gran puerta enrollable del supermercado no estaba abierta. Solo se abrió una pequeña puerta. La pequeña puerta estaba bloqueada por un mesa de media persona de altura. La mesa estaba llena de productos. Hay un cartel pegado a la puerta.

Dice: "Durante períodos especiales, el suministro es insuficiente y sólo se proporcionan los siguientes artículos. Por favor, comprendan.

El arroz local - cinco yuanes por libra

 Sal - diez yuanes por libra

 Harina - cinco yuanes por libra

 Granos de maíz - tres yuanes por libra

Al ver granos de maíz, Wei Yan Sintió como si tuviera dolor de muelas. El maíz era fácil de cultivar y el rendimiento era alto. En su vida anterior, después de que llegó el apocalipsis, lo que más comía era maíz.

No es el maíz tierno, dulce y ceroso, sino el maíz viejo que los agricultores plantaron en grandes cantidades para alimentar a los cerdos antes del fin del mundo.

Por no hablar del sabor, te romperán los dientes si lo comes con prisa.

Eso es todo, no pude comerlo por mucho tiempo.

A medida que la situación empeoraba, las tortillas de maíz puro de la base comenzaron a mezclarse con paja molida y vegetales silvestres.

Después de comer durante unos dos o tres meses, las tortitas multigrano desaparecieron y en su lugar les proporcionaron masa de maíz.

Luego vino la sopa de maíz.

No se veían ni siquiera unos pocos granos de maíz en todo el plato de sopa, media hora después de beberla, desaparecían tan pronto como orinabas.

Varias personas hacían cola para comprar algo.

El vendedor gritó fuerte que hicieran cola: "Vengan uno por uno, no se preocupen",

"¿Por qué sólo pueden comprar los locales? No les daré dinero". La oradora era una mujer joven que acababa de llegar al principio de la cola.

"No podemos hacer nada con respecto a las regulaciones de arriba", se mostró impotente el vendedor.

"¿Está bien usar el DNI de mi marido para comprarlo?" 

"No, tienes que venir personalmente y traer tu DNI y un certificado sellado por el comité vecinal". Hay tanta gente estos días. Con sólo una tarjeta, ¿quién sabe si real o falsa?.

La mujer frunció el ceño y se fue de mala gana. Wei Yan dio la vuelta a la bicicleta. ¿Iniciaron restricciones de compra tan temprano?

Cuando llegó a casa, Wei Yan lavó dos puñados de frijoles mungo y los puso en la olla arrocera, luego presionó el botón de sopa antes de ir a buscar al hombre perro.

Wen Ruxu estaba trepando a un árbol frutal para cavar un nido de gorrión. Ya había eliminado menos de la mitad de las malas hierbas en el huerto. Simplemente trabajaría en ello durante dos días más mañana y pasado mañana. Luego lo esperaría para ver la situación. Si la situación no era buena, cortaría los árboles frutales y los replantaría. sembraría arroz, trigo o algo así.

"Hermano, abre la puerta".

Wen Ruxu saltó del árbol y dijo con cautela: "Yanyan, no necesito tu ayuda, vete a casa".

Wei Yan: "..." ¿A quién le importa ayudarte?

"¿Puedes abrirlo o no?"

"Ábrelo". Wen Ruxu abrió un poco la puerta de hierro y entregó el huevo de gorrión como si ofreciera un tesoro: "Yanyan, toma, llévalo a casa y hornéalo".

Wei Yan tomó el huevo de gorrión... Al tragar saliva, no alimentaban a las aves de corral en casa, por lo que después de comer los huevos y los huevos de pato que habían guardado, tuvieron que comprárselos a los hermanos Jiang.

También es difícil de comprar. No hay stock en los supermercados y los aldeanos no alimentan a muchas gallinas y patos en casa. Además, la alimentación es pobre y los animales no ponen muchos huevos. Si ocasionalmente ponen huevos, se los comen ellos mismos y rara vez los venden.

"No hornear, quiero cocinar las natillas al vapor."

"Está bien, puedes resolverlo".