- Chiara, por dios, te estaba haciendo un favor - explicó Martin con una expresión atónita en su rostro -. Vi cómo la mirabas, parecía que acababas de descubrir el paraíso. Y después vi cómo ella te miraba a ti, yo no tenía nada que hacer allí. Pensé que era obvio.

- Eso es mentira, yo no la estaba mirando de ninguna forma - me excusé, aún sabiendo que era cierto.

- ¡Se te estaba cayendo la baba! - cargó otra vez el chico mientras se reía - Te tuve que dar un codazo para que te acordases de respirar. Sé agradecida conmigo - añadió mientras me guiñaba el ojo.

- ¡¿Quién es Violeta?! - Ruslana se levantó de un salto y se colocó entre ambos con los brazos extendidos.

Martin se echó a reír y se dejó caer sobre el sofá.

- Mientras estabas ligando por ahí, vi a la chica más guapa del mundo en la fiesta - empezó el vasco, mientras ella se sentaba a su lado -. Pero de verdad, Rusli, la más guapa del mundo. Como si una modelo y un dios olímpico hubiesen tenido una hija. Chiara me acompañó a preguntarle a Naiara su nombre, y ella dijo que nos la iba a presentar después. Y cuando nos la presentó... no te puedes hacer una idea de la cara que se le quedó a esta - se rio mientras me señalaba y yo fruncía el ceño -. Desapareció de este plano astral. Así que me fui y las dejé solas.

- Necesito verla - dijo Ruslana con decisión.

- Tengo un vídeo - apuntó Martin rápidamente mientras sacaba su móvil del bolsillo -, de cuando estaban bailando juntas.

- ¿Qué? ¿Por qué? - abrí los ojos sin entender qué lo había llevado a hacer aquello.

- Punto número uno, me ibas a negar todo si esto no estaba documentado - comenzó levantando el dedo índice -. Punto número dos, Ruslana tiene que ver esto - prosiguió, enfatizando en medio de la frase - Y punto número tres, estabais demasiado sexis como para no grabaros.

- Eso es mentira - dije, bajando la mirada -. No estábamos haciendo nada.

- Cállate - chistó Ruslana -. Dame ese móvil.

El rostro de Martin brillaba de diversión mientras le entregaba el teléfono. Ruslana tomó el dispositivo con impaciencia y pulsó play. El vídeo comenzó con la imagen de Violeta y yo, bailando juntas en la penumbra de la discoteca. Las luces destellaban, la música envolvía el ambiente y nuestros cuerpos se movían al ritmo. Mis mejillas comenzaron a arder al ver cómo Violeta y yo bailábamos pegadas, cómo nos alejábamos pero volvíamos a acercarnos inconscientemente. De pronto, nuestros labios casi se rozaban, y mi mano estaba en su cintura. La vergüenza se apoderó de mí y mis mejillas enrojecieron pero, una vez más no podía apartar la mirada de Violeta. Al final del video, la pantalla se oscureció, y Ruslana me miró con una ceja alzada y una sonrisa juguetona.

- Y yo que pensaba que mi noche había sido entretenida - soltó Ruslana nada más terminar -. La chica está tremenda, pero tengo que verla en persona para ver si es suficiente para ti.

- ¿Estás celosa, Rusli? - preguntó Martin en broma.

- Pues claro que no - respondió ella, cruzándose de brazos con una expresión de fingida indiferencia -. Todos saben que yo soy la mejor para Chiara, nadie puede competir conmigo - bromeó mientras me abrazaba e intentaba besar mi mejilla.

- Puaj - fingí asco mientras la apartaba de mí entre risas.

- Bueno, Chiara, ¿sigues negando cómo os mirabais? - inquirió Martin.

Yo solo me sonrojé y balbuceé algo que ni yo misma entendí.

- ¿Y qué pasó después? - insistió Ruslana.

Que sea en esta vida || KiviWhere stories live. Discover now