5 | 🦋 CLAIRE 🦋

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Un silencio se asentó entre nosotros.

—En resumen, la víctima entró aquí y el sospechoso probablemente ya estaba aquí esperando.

—No lo creo.

—¿Estás en mi contra hoy? —bufó y entrecerré los ojos antes de hacer una seña para que me siguiera al interior de la sala.

—No, mira esto. Ten cuidado por donde pisas.

Frunció el ceño, mirando sus pies como si el piso fuera de lava.

—¿Qué?

Me agaché para señalar algo en particular.

—La alfombra es vieja y está llena de polvo. Así que, las huellas recientes quedan marcadas con facilidad. Por el peso y los zapatos que llevaba, diría que solo se ven las de él.

Sus bromas no se acabaron.

—¿Qué? ¿El sospechoso estaba colgando del techo?

—No, sino que caminó sobre sus huellas para no dejar ninguna propia.

—Eso es un nuevo nivel de retorcido.

Saqué los codos que apoyé en mis rodillas para enderezarme.

—O brillante.

—Deja de halagar al asesino.

No pude evitarlo. Tampoco pude evitar corregirlo.

—Ella.

—¿Qué?

—Es una asesina.

—¿Crees que es una mujer?

—Estoy segura —declaró con firmeza—. Es inteligente, peligrosa, y extremadamente arrogante. Mató a alguien frente a todo el mundo y, aun así, nadie se dio cuenta de ello hasta que lo quiso. No cualquiera es capaz de lograr eso.

A veces, solo a veces sentía cierta admiración hacia las habilidades de los asesinos. Era sorprendente cómo pensaban, lo astutos que debían ser para planear cada detalle, y la actitud que mantenían. Cuánto más difícil eran de encontrar, más se ponían bajo mi piel como un hormigueo constante. Ninguna emoción se comparaba con la que experimentaba en ese instante, imaginando a la asesina. Ninguna.

Ella era como el sol y yo seguiría avanzando sin que me importara quemarme con tal de atraparla.

—Debe tener algún tipo de entrenamiento.

—Sí. Vino aquí, pero no hay señales de lucha ni cambios en las pisadas. Por eso y otras cosas, sospecho que no lo atacó hasta que ya estaba en su asiento.

—¿Por qué él no sospechó nada? —planteó Sebastian—. Es un político, de seguro lo han intentado atacar antes.

—Sí, por hombres. He visto sus discursos. Wilson era un machista y no se molestaba en esconderlo.

—Por lo que no debió considerarla una amenaza y no se molestó en luchar físicamente.

—Gran error —expuse.

Nos acercamos a la quinta fila para tener una mejor vista. Pese a que el cadáver ya no estaba, saber que alguien murió ahí cambiaba tu perspectiva de las cosas. Ya no veías un asiento ordinario, sino una tumba. Vi muchas tumbas a lo largo de los años. Estaba tan acostumbrada que resultaba aterradora la forma en la que compartimentaba para no alterarme, no frente a todos.

—Herida de bala fatal en la cabeza. Vi el cuerpo antes de que se lo llevaran. El disparo fue impecable. No tenía ninguna otra herida visible en el cuerpo. La autopsia nos dirá más, pero...

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⏰ Última actualización: Feb 15 ⏰

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La Mariposa de la MonarcaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora