Andrea se cubrió de pies a cabeza con una colcha y continuó llorando, mientras pensaba que en esos momentos, Dante follaba con Ilona, sin importarle que ella era una concubina de Abramovich... ni siquiera a su "padrino" respetaba... Dante era peor que un animal, pensó la ojiazul.

Después de varios minutos más, Andrea escuchó que la puerta de la recámara se abrió, también oyó unos pasos acercándose... era Dante, lo confirmó al escuchar su gruesa voz.

Dante: Andrea...

Ella no respondió, se mantuvo bajo las sábanas, fingiendo estar dormida.

Dante: Andrea, ¿ya te dormiste?

La rubia continuó en silencio y solo escuchó un fuerte suspiro del mafioso.

Dante: ¡Diablos! Me demoré demasiado...

Andrea pensó bajo la colcha: te demoraste ¿para qué? ¿acaso pensabas tener sexo conmigo después de follarte a otra mujer? ¡Cínico! ¡Eres un maldito cínico, Dante Santoro!
***

Andrea maldecía a Dante sin suponer lo que realmente había ocurrido poco antes... ella suponía que el mafioso la había dejado en la habitación para irse a ver con Ilona, que no era cierto que Rinat Abramovich lo había llamado.

Pero Andrea se equivocaba.

Dante sí había estado con Rinat hablando de negocios, estuvo con su padrino una hora dentro de su despacho tratando varios temas relacionados con dinero.

Cuando terminaron de hablar, Dante se dirigía de vuelta al dormitorio con Andrea... dentro de sus pantalones llevaba su pene ya endurecido, deseando continuar con lo que había comenzado con la ojiazul, antes de ser interrumpidos.

Dante apresuraba el paso, recorriendo los pasillos de la mansión de Abramovich con un solo objetivo en mente, enterrar su hombría dentro del coño de Andrea... ese coño apretado y caliente que lo enloquecía y lo mantenía con la sangre hirviendo todo el día... ese coño que él mismo desvirgó y que ahora ya tenía su horma.

Antes de llegar a la recámara con Andrea, el mafioso sintió cómo era jalado al interior de una de las habitaciones por la que pasaba, una habitación que estaba oscura.

Con la agilidad de un felino, Dante se puso en guardia, al tiempo que sus fosas nasales se llenaron de un aroma femenino, un aroma que conocía bien.

En esos instantes, el varón sintió que los brazos de una mujer se abrazaban a su cuello y en medio de la oscuridad, la reconoció llamándola por su nombre: ¡Ilona!

La mujer de cabello rubio le susurró al oído: sí, soy Ilona, tu Ilona...

Dante: tú no eres nada mío, Ilona... eres mujer de mi padrino, ¿recuerdas?

Ilona: eso no te importó cuando hicimos el amor hace un año... ¿desde cuándo tienes escrúpulos?

Dante: esa noche fue un error, yo estaba borracho y tú también... te repito que eres la mujer de mi "padrino"... eso no debió pasar...

Ilona: yo no me arrepiento de nada... en tus brazos me sentí una mujer de verdad... Rinat no me hace sentir lo que tú me provocaste... hazme tuya otra vez, Dante... hazme sentir mujer como solo tú puedes hacerlo...

7 noches con el mafiosoWhere stories live. Discover now