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Cuando entraste nuevamente a la escuela de hechicería, te enteraste de un nuevo alumno llamada Yuji Itadori, el recipiente de Ryomen Sukuna el rey de las maldiciones. Te pareció sorprendente asi que decidiste ir a visitarlo.
Cuando lo viste a la lejanía sentando en una banca hablando con Nobara y Megumi te acercaste a el, se notaba que era muy alegre y amigable estaba feliz hablando cuando noto que te acercaste a el.
- Yuji Itadori - mencionaste sonriendole perezosamente, se notaba que estabas cansada pues venias de un largo viaje pero notaste algo, bajo el ojo de Itadori se abrió otro ojo dirigiendo su mirada a ti era mas que obvio se trataba del rey de las maldiciones.
- ___- senpai - hablo Megumi saludando obligando a los otros dos también estos hicieron caso y tu asentiste como respuesta.
- Que dijiste - dijo ahora itadori de la nada haciendote fruncir el ceño con duda - perdón, no es a ti quien te digo - dijo Itadori al verte con esa cara de confusión.
- No creí que fuera cierto la verdad - dijiste acercándote y sentandote al lado de el.
- Ahhh sobre eso - respondió Itadori - pues... a que te refieres?
- Me refiero a que ahora eres el recipiente del Rey de las maldiciones - hablaste casi bostezando seguramente dormirias unos tres días enteros.
- Si... no se como sucedió la verdad - dijo ahora este rascándose la nuca confundido.
- Lo peor es que dice que no sabe mal...- mencionó ahora Nobara con una cara de asco.
- Enserió? - preguntaste a Itadori y este asintio como respuesta provocando una sonrisa en ti - que interesante - mencionaste y levantaste con intenciones de irte a dormir - bueno, un gusto Itadori, adiós chicos - te despediste y te fuiste de aquel lugar.
Caminas por todo pasillo extenso repleto de habitaciones buscando la tuya para irte a dormir aunque sea 18 horas estabas cansada. Hasta que frente de ti viste a Satoru pasar por otro pasillo este casi se va pero retrocede y se queda parado por un momento.
- Hola Satoru... - dices con una sonrisa y este mueve su cabeza a tu dirección de forma aterradora haciendote arquear una ceja - oye que te pasa...- no dices nada más ya que este comenzó a correr hacia a ti con prisa mientras gritaba.
- La pequeña ___!! - dice de forma infantil te tomo de sorpresa y retrocediste cuando sentiste como todo su peso hiba sobre ti.
