Resumen: Sukuna se encariña de cierta forma de ti incluso si solo eras un objeto para el.
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[...]
Seguramente esto tendría consecuencias, estabas en los aposentos del templo del rey de las maldiciones siendo apresada por el.
Por que? Te encontró en las cercanías de el pueblo que quedaba cerca, noto tu presencia por tu energía maldita. Era mucha para su sorpresa así que te trajo a este lugar gigantesco.
Y ahora te encontrabas en ese sauna con el al lado, sus dos brazos estaban recostados a la orilla de la piscina mientras los otros dos los tenían bajo el agua. Estabas desnuda y no sabias a donde ver o hacer ese hombre era imponente y grande.
Tus ojos fueron hacia sus pectorales bien formados si hibas a morir al menos verías esos músculos y ese hombre tan guapo, cuando el te miro haciendo que tu mirada conectara con la tuya.
- Que estas mirando pequeña mocosa - dijo el con una profunda voz.
- N-nada.... -dijiste viendo hacia abajo.
Escuchaste como se levantaba y se dirigia a ti, te sentiste nerviosa. Pues ese hombre media casi el metro y medio.
Sentiste como te levantaba con sus brazos y te miraba.
- No entiendo como tienes tanta energía maldita, no eres algo sorprendente - su viste se dirigio a tu cuerpo para después seguir hablando - bueno para algo me servirás...
[...]
Esto era vergonzoso más que vergonzoso daba pena, el te tenía entre sus brazos y con uno de ellos te tenia loca, estaba en tu parte baja. No movía su mano de ahí ya que hizo aparecer una boca sacando una gran lengua y comenzando a lamerte, tu instinto hizo que tomaras con fuerza y aruñaras uno de los brazos que tenias encima que besaba tus pechos.
Tenía tu espalda contra tu pecho y sus brazos te sostenían como si de una pluma te tratases, la lengua te estaba torturando sentias como lamia todo tu ser por dentro con luguria provocandote un placer inexplicable.
Los orbes rojizos del pelirosa te estaban mirando con deseo, mientras tenía el semblante serio observando como te retorcias como un gusano del placer.
- Sukuna-sama... - tus ojos se pusieron cristalinos al instante y sentiste como llegaba la lengua un poco dentro de ti y se movía provocando gemidos en ti, hasta que te corriste viendo hacia arriba cruzando miradas con el.
El comenzo a caminar mientras la lengua lamia todo el desaste que tu provocaste.
Hasta llegar a una cama y tirarte sin cuidado, lo viste hacia arriba y este se coloco encima tuyo, te sentias tan vulnerable el casi tapaba todo tu cuerpo.
- Abre las piernas - te ordenó y tu accediste y sonrió- estas mojada de nuevo maldita zurra? - dijo con burla para así tomar uno de sus miembros y frotarlo hacia a ti.
Tus ojos se abrieron como plato, al observar que eran dos - Es-eso no entrará Suku-Sukuna sama - los dos median aproximadamente 20 cm.
- Con lo mojada que te deje con la lengua bastara...- metió solo la punta y te vio, tu estabas acostumbrandote cuando entró de una estocada provocandote dolor y arquenado levemente la espalda, sentiste como el agarro tus dos piernas y las puso en su cintura para empezar a entrar y salis con tranquilidad, sentias como este llegaba lejos dentro de ti.
Uno de sus brazos estaba en tu cadera, otro manoseando tus pechos con una boca que chupada tus pechis otro en tu cuello lleno de marcas por otra boca, otro que hacia que el tuviera el equilibrio era muy ágil para que decir te estaba encantando.
Sentias las bocas de sukuna en todo tu cuerpo y su miembro empezando a entrar más rápido haciendo que lo apretaras más haciéndolo gruñir y tu empezar a gemir su nombre.
Esa noche te habías entregado a el sin duda no te arrepentias este formidable hombre sabía donde tocar y chupar.
Tus ojos con pequeñas lágrimas lo vio, una imagen que nunca olvidaras como el encima tuyo estaba penetrandote hasta llegar lo más profundo tocando tu punto dulce.
Esto era prohibido, pero te estaba encantando como castigo ya estabas condenada al haber traicionado a los hechiceros al entregarte a el.
Sentiste como una marca apareció en tu pecho, ardía como el infierno y te quejaste del dolor hasta que el toco dicha zona y el dolor desapareció, ni pensaste en eso mas y de nuevo tu cordura se estaba perdiendo al sentir como tocaba tu punto dulce una y otra vez.
- Mierda me estas apretando demasiado...
[...]
Sukuna estaba recordando aquel primer encuentro contigo en el pasado y volvió a ver la imagen frente suyo, eras tu, podía saber bien que eras tu y en el fondo se emociono.
Estaba sobre su trono y te vio entrando en aquella escuela de hechicería, si pudiera salir del cuerpo de aquel mocoso y ser igual que antes ya te habría raptado.
Seguramente más tarde preguntaría por ti al mocoso. Sin dudas habías reencarnado y no hiba a desaprovechar la oportunidad que estaba frente a sus ojos.
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