Prólogo

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Esta novela gira en torno a Rafael Monpie un señor que a sus 40 años de edad recibe la impactante noticia de que su hija a fallecido mientras jugaba en el parque, todo a causa de un fatídico accidente, la pequeña Adele de doce añitos había sido atravesada por una bala perdida en una disputa de pandillas rivales, y había sido diagnosticada fallecida según los forenses, a causa de esto Rafael cae un una depresión autodestructiva, dejando su trabajo de periodista para caer sumergido en el mundo de las drogas, hipotecando o vendiendo poco a poco todo aquello material o de valor que encontrase en su apartamento para gastárselo en drogas termino viéndose obligado a vivir en la calle, definitivamente había caído en ese lugar tan bajo que nunca imagino, pero aún se podía llegar más bajo, su cuerpo agonizante de dolor se lo suplicaba llegar a lo más profundo de ese abismo, pero de una forma tan brutal y violenta que haría que dejara atrás cualquier pensamiento de este mundo, pero no, su mente se negaba a ceder, le dolía, le dolía con una intensidad destructiva que hería su alma y a la vez su recuerdo era el hilo e aguja que suturaban estas cicatrices. Ni siquiera recordaba el día, el mes, o el año en el que estaba solo recordaba aquella fecha 3 de marzo, el día que su alma había abandonado las ganas de existir. Un día normal como cualquier otro mientras dormía en un banco frio resguardándose del viento por varias capas de hojas de periódicos que estaban amontonadas sobre él, se le acerco una mujer con gafas y una bata blanca que apenas se distinguía por el abrigo enorme que llevaba encima : si tuviera uno de esos.., pensó Rafael al ver aquel abrigo.

¿Rafael? - le pregunta la mujer, desconcertada -.

¿Alicia...?

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