7 noches con el mafioso

17.- Volver a empezar

Tras abrazar fuertemente a la rubia, Lucía comentó: tienes que olvidarte de todo, Andrea... olvídate de esos canallas e intenta vivir una nueva vida...

Limpiando las lágrimas de su rostro, la bella ojiazul respondió: eso intentaré... voy a comenzar de nuevo... no quiero saber más de ningún hombre... todos son unos miserables...

Lucía: ahora hablas así por todo lo que te pasó, pero verás que llegará un buen hombre a mi vida, así como mi Juan, lo quiero tanto que incluso ya acepté mudarme a vivir con él...

Sorprendida, la rubia preguntó: ¿te mudarás? ¿cuándo?

Lucía: en tres días, amiga, como tú ibas a casarte, yo no quería quedarme sola y por eso acepté la propuesta de Juan... lo siento, pero seguiremos viéndonos frecuentemente, no te molesta ¿verdad?

Intentando sonreír, Andrea expresó: claro que no Lucy, te deseo lo mejor... ojalá tú sí puedas ser feliz...

Lucía: lo seré amiga... y ahora será mejor que vayas a descansar, mañana será un mejor día para ti...

La rubia asintió y se dirigió a su recámara cuando la voz de su amiga la detuvo: espera, Andrea, me quedé pensando en lo que me contaste y después de todo lo que ese mafioso te hizo ¿no habrás quedado embarazada?

Andrea respondió rápidamente: No, definitivamente no podría haberme quedado embarazada. Estaba tomando la píldora. Así que no hay necesidad de ponerse nerviosa ni de entrar en pánico.

La ojiazul habló con seguridad, aún cuando sabía que un día se olvidé de tomar una píldora, pero la tomó a la mañana siguiente. Las instrucciones decían que puedes hacerlo.

Después de hablar con su amiga, Andrea se sentía mejor y optimista para seguir adelante.
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El nuevo día de la nueva vida de Andrea la recibió con una mañana nublada y bastante fría.

La chica se levantó de la cama y se preparó rápidamente para ir a clases a la universidad.

A mitad del día, las nubes se habían despejado y el cálido sol brillaba en el cielo; luego de salir de clases, la ojiazul decidió buscar un trabajo, pues había renunciado al restaurante donde trabajaba de camarera para casarse con Fernando.

Decidió no regresar al mismo restaurante por vergüenza, pero se encaminó a otro para aprovechar la experiencia laboral que ya tenía.

La rubia encontró un nuevo lugar, mucho mejor que el anterior. También trabajaría como una camarera, solo que ahora en un restaurante de alto nivel.

Después de conseguir su nuevo empleo, Andrea salió del restaurante saltando de felicidad mientras caminaba a casa. Al día siguiente sería su primer día de trabajo en un verdadero paraíso terrenal.

(Unas semanas después)

La vida empezaba a mejorar para Andrea... iba a las clases de la universidad antes de comer y luego por la tarde a trabajar.

La chica laboraba en el turno de noche en el restaurante más prestigioso de la ciudad... Lucía ya se había mudado del departamento, por lo que ahora nadie la esperaba al regresar a dormir.