8.- Lágrimas inútiles

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El intenso deseo en los ojos del mafioso volvió a abrumarla.

El barbado rozó un dedo por los labios rosas de Andrea: ¿Sabes? quiero tomarte ahora mismo aún a sabiendas que te encuentras herida.

Andrea: es una bestia...

Ella apartó su rostro de las frías manos de él, después de lo de anoche, no quiere que sus manos la toquen de nuevo, se siente sucia.

El mafioso volvió a acercarse a ella para sujetarla de los hombros y acercarse aún más, y para besar su blanquecino cuello dejando otra marca en el delicado cuello de la ojiazul.

Dante le susurró al oído provocándole cosquillas, una inquietante y desconocida sensación para ella: Hueles a mí, Andrea...

Escuchar eso y notar esa arrogancia en él fue el detonante, no podía dejar que la doblegara en esa forma, tenía orgullo y dignidad, pero lo dejaría de lado por un momento, y lo haría enfadar para contrarrestar la forma en cómo la trata.

Andrea: Cada día huelo diferente, claro eso depende...

Molesto, el mafioso inquirió: ¿Qué quieres decir?

Lo provocó ella misma, y se arrepintió en el momento en que Dante se transformó ya no se veía altivo y arrogante, ahora le rodeaba un aura oscura, sus ojos se pusieron aún más negros de lo usual.

La agarró del cuello como si quisiera estrangularla, la presión la sofocó amenazándola con quitarle el aire, y supo que tiene reponer su error sino quiere que su vida acabara tan pronto.

Andrea intentó quitarle las manos, pero la diferencia de la fuerza era grande: N-nada...S-Solo quise decir que cada día utilizo un perfume diferente...

Dante le advirtió: No juegues conmigo, si no quieres que te encierre en el sótano...

La soltó antes de que Andrea mostrara falta de aire más profunda, o pérdida del habla.

Su intención no es lastimarla más de lo que lo había hecho, pero lo que ella dijo le hizo perder la razón, aunque sabe que él fue su primer hombre, le molestó que ella intentara retarlo haciéndole creer que solo fue uno más.

Andrea dijo mientras tosía recobrando el aire que necesitaba ¿Cuál es la diferencia entre el sótano y la residencia? de todas maneras el encierro es el mismo...

«¿Realmente me pensaba estrangular? es indudablemente despiadado e insensible» pensó la rubia mientras más acariciaba su propio cuello.

Dante: La comodidad y los lujos... te aseguro que un sótano no es nada cómodo para una señorita como tú... o mejor dicho para una mujer como tú porque señorita ya no eres...

El comentario burlón de Dante hizo rabiar a Andrea, que solo pudo apretar sus puños, pues no le convenía hacer enojar nuevamente al mafioso.

Dante: Puedo darte todo lo que quieras siempre que me obedezcas... y me complazcas.

El cerebro de la rubia tradujo aquellas palabras como lo siguiente: «Dante me pagará cada vez que me acueste con él»

Andrea: No necesito nada de usted, solo mi libertad y la libertad de mi... de Fernando...

Dante: ¿tanto te importa ese cabrón? Aún te preocupas por ese ladrón que ni siquiera supo cuidar a su mujer y por eso ahora eres mujer de otro... Depende de mí todo lo que puedas obtener a partir de hoy, incluso tu libertad...

7 noches con el mafiosoWhere stories live. Discover now