IV

118 26 10
                                    

Si el día en Portofino es bello, lo es aún más su atardecer, los colores se muestran vivos en el cielo, con ello también coloreando el mar

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Si el día en Portofino es bello, lo es aún más su atardecer, los colores se muestran vivos en el cielo, con ello también coloreando el mar. TaeHyun y su madre daban un paseo cerca de la orilla, se habían relajado y comido después de su llegada.

—Por cierto, creo que se organizará un baile de bienvenida. —comentó su madre.

—¿Crees?

—El conde está reacio a hacerlo, pero la voz se corrió de nuestra llegada y varias personas desean un baile para conocernos.

TaeHyun suspiró, no deseaba estar en otro baile en un tiempo, acaba de salir de uno que lo puso en una situación nada agradable, aunque este no fuera un baile de presentación, cabía la posibilidad que eso sucediera de nuevo— La verdad no deseo estar en otro baile, madre.

Se habían acercado a la orilla, casi dejando que las olas los mojaran— Ten cuidado, mojaras tu vestido —jalandolo para alejarse de la orilla la mujer le indicó—. Lo sé, pero se me hace de mala educación no recibir a quienes nos quieren conocer.

Su hijo asintió, no evitaba estar de acuerdo con eso aún si su deseo era lo contrario— ¿Y por qué el conde no desea realizar el baile?

—No lo sé.

Su madre lo acompañó unos minutos más hasta que decidió regresar, TaeHyun continuó su caminata, aprovechó que se encontraba sin sus damas o su madre para alejarse un poco de la mansión.

Recogió unas cuentas conchas de mar, habían de varios colores, rosa, blanco, inclusive azul, no sabía que existían de tantos colores. Quiso llevar su pequeña aventura un poco más allá por lo que se quitó sus zapatos, los dejó en la arena y se acercó al mar, la salada agua no tardó en bañar sus pies produciéndole una sonrisa feliz ya que era la primera vez que se unía con el mar de Portofino.

Chapoteo e incluso mojó un poco su vestido, pero no le prestaba atención a nada de eso, solo continúo jugando con el agua.

Pasó así al menos unos tres minutos hasta que pudo notar a lo lejos al conde, este estaba vestido mucho más informal, solo su camisa blanca sin ningún chaleco o chaqueta, mientras que sus pantalones eran unos café simple, aunque lo que hizo que TaeHyun mantuviera su vista en él era lo bien que se veía de esa manera, a su parecer más varonil con un plus siendo que sus mangas estaban arremangadas hasta los codos.

Comenzó a caminar en la dirección de BeomGyu, pronto se dió cuenta que habían unas cañas en el suelo y el pelinegro parecía prepararlas. Cuando estuvo a unos dos metros de él, este se dió cuenta de su presencia— Buenas tardes, joven Fiari —saludó manteniendo sus manos ocupadas en las redes.

—Buenas tardes, lo he visto por aquí y me acerqué a saludar, aunque no puedo negar que ver esto me ha intrigado.

El conde pareció recordar lo que hacía, miró las redes de pesca y sonrió— He terminado con mi trabajo por el día de hoy, así que decidí relajarme pescando.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jan 10 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Navega nel nostro cielo | Beomhyun Donde viven las historias. Descúbrelo ahora