—Seis era mi... alucinación. Coincidimos, él como producto de mi enfermedad mental en mi vida terrenal, pero, sé que no era solo un producto de mi esquizofrenia, yo sé que era real. —Segundo Evento hablaba con convicción, aunque la complejidad de la situación dificultaba su comprensión.

—Sí, yo también era una persona real y... Dos era producto de mi esquizofrenia.

—Espera un momento... —Quinto Evento interrumpió, su voz cortando el aire con una determinación nueva. —Ustedes eran dos personas reales en la misma línea temporal pero de dimensiones diferentes y se veían mutuamente a través de sus alucinaciones, ¿es así? —Las luces de Segundo y Sexto Evento titilaron en una confirmación silenciosa. —¿Cómo eran las alucinaciones?

—En cualquier cosa que diera reflejo. De forma más nítida, en el espejo.

El universo parecía contener un susurro expectante mientras las revelaciones se desvelaban, cada palabra arrojando nueva luz sobre el enigma que los envolvía, una trama de realidades entrelazadas en un baile cósmico de percepciones y verdades ocultas.

En el corazón mismo del abismo, donde las sombras danzan en un eterno ballet cósmico, una figura emergió de entre la oscuridad con una elegancia propia de los misterios del universo. Su presencia era como un destello fugaz en la noche infinita, envuelta en un halo de enigmas y secretos ancestrales. Ya todos conocemos este patrón de resurgimiento de este ser.

El Señor Misterio se materializó entre nosotros con su majestuosidad característica que desafía toda explicación racional. Esta vez, su forma era difusa, pero un poco más clara que las veces anteriores. Parecía como si estuviera hecho de sombras y estrellas, y su mirada parecía penetrar en lo más profundo de nuestras consciencias.

Con cada acercamiento que daba, el espacio mismo parecía doblarse a su voluntad, como si estuviera tejiendo hilos del destino con cada movimiento. Él no es solo una figura, es un símbolo de los secretos ocultos en las profundidades del cosmos, guardián de verdades que trascendían los límites del entendimiento mortal. Pero es el ser más inservible de todos nosotros, siempre con sus palabras ambiguas.

—No intenten entretejer todas las piezas en un mismo lugar, pues las consecuencias podrían desafiar incluso las leyes del cosmos. —Su voz fluía como un río de sombras, llevando consigo secretos ancestrales enterrados en los recovecos del tiempo.

Nosotros, sintiendo el peso de la incertidumbre en el aire, sumíamos en un silencio reverencial, era lo único que podíamos hacer. Nuestras luces parpadeando con una mezcla de fascinación y temor, como siempre. Sabíamos que Él y que sus palabras contenían el eco de realidades desconocidas.

—El momento oportuno llegará cuando las estrellas se alineen en un patrón que solo el universo puede descifrar. Hasta entonces, sigan los caminos que el destino ha trazado para ustedes, y no se desvíen del sendero marcado por las constelaciones del tiempo. —El tono del Señor Misterio resonaba con una solemnidad que desafiaba el entendimiento, como si estuviera insinuando algo.

Con un último susurro de enigmas que se desvanecían entre nosotros, el Señor Misterio se disolvió lentamente en las sombras del abismo, dejando un silencio reverencial que nos envolvía a todos nosotros y dejando la sensación de como si el universo mismo contuviera la respiración ante la partida de Él.

—Vete a la verga. —Escuché la voz de Cuarto Evento, su tono tan imprudente como siempre, resonando en la nada. Mi atención se desvió hacia él, sintiendo la urgencia de reprenderlo por su falta de tacto.

—¿Dónde aprendiste eso? —pregunté con un deje de curiosidad, sabiendo que Cuarto Evento siempre tenía formas de sorprendernos.

—Siempre se me quedan grabadas cosas de mi vida terrenal. —Aunque las palabras de Cuarto Evento me sacaban de quicio, su lógica tenía cierto atractivo que inmediatamente me dio una idea.

GÉNESIS ©Where stories live. Discover now