"Fantaseando"

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-Capitulo 9-

Laín

Comenzaba a preocuparme por Daren se veía bastante mal y su cara, a pesar de tener cara de que no soportaba a la gente, esta vez tenía cara de no soportar nada, no contestaba mis llamadas y comenzaba a preocuparme ese imbécil.

Ya estábamos por llegar al lugar en donde sería la supuesta fiesta, los demás tampoco tenían cara de querer ir, menos con todo lo que había ocurrido en la mañana.

-Ey, ya estamos por llegar. -Hartz miro a Ozul y Rigel por el retrovisor.

-¿Listos para poner su mejor cara? -Rigel sonrío cansado.

-Maldito Daren, se va a perder de todo.

-Aun tienes mucho que explicar Ozul, no deberías preocuparte mucho por él. -Baje del carro mientras mis palabras le recordaban que nos debía una explicación.

-Jajaja, es por lo que menos se deben de preocuparse. -Su mirada pareció perderse ante esas palabras.

-Mmm, no se... siento que no solo ocultas el hecho de que te viste con alguien, sino que también tratas de ocultarnos algo a nosotros que nos relaciona con las niñas. -Esta vez Hartz lo miro en cuanto Ozul cerró la puerta del coche.

-Dije que no tiene nada de qué preocuparse, solo me vi con una chica que podría ayudarme en algunas cosas. -Sonrío con sencillez.

-Si Daren estuviera aquí cero que sabes que es lo que te preguntaría, pero, no pienso insistir, si es tu decisión entonces por el momento supongo que no tengo más opción que respetarla. -Mire en dirección a donde la música sacudía la casa con fuerza.

-Bueno, bueno, hay que empezar a divertirnos ¿No? -Rigel pareció encontrar miradas con alguien e instintivamente sonrió- Ya que, Simón y Albi también están aquí.

-Ah, esos tipos. -Hartz los miro con desdén, pero, al igual que Rigel fingió una fina sonrisa.

-¿Por qué ellos están aquí? Se supone que solo a nosotros nos habían invitado. -Ozul no se molestó en ocultar su cara de indiferencia, tampoco es que estuviera obligado, prefería que estuviera así a que toda la noche se estuviera conteniendo para terminar con una explosión de sus emociones.

-Se supone pero sabes que a esas fansitas les importa más el estatus que la personalidad. -Sonreí con amabilidad.

-¡Hola compas! ¿También los invitaron? -Los ojos de Albi nos recorrieron con lo que parecía envidia.

-Hola, hace un buen rato que no nos veíamos. -Simón nos sonrío con superioridad.

-Desgraciadamente otra vez nos vemos. -Las palabras ausentes de todo aprecio flotaron encima de nosotros.

-¿De que estas molesto Ozul? Fue por lo que paso con...

-Deberíamos entrar, quienes nos invitaron nos deben estar esperando y no quiero hacerlas esperar. -Hartz sonrío con suavidad, calmando la tensión del ambiente y dándonos la señal de que nos calmáramos, en especial a Ozul.

La casa era mediana, doble piso, las paredes eran de color café claro, sus ventanales eran grandes con cortinas negras, sus alrededores eran espaciosos con muchos arbustos de flores. Al entrar, como era de esperar, muchas se acercaron a nosotros y comenzaron a coquetear.
Varios ya estaban empezando a quedar tirados en el piso.

Sociedad Infernal -- Internado Del Infierno Where stories live. Discover now