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—¡¿Suspendido toda la semana?! —espeté, sorprendido por lo que Deriam acababa de decir. Me desenredé los auriculares del cuello, esto lo hacía para que no se resbalasen, y me los guardé en el pantalón.

Resultaba que debido a la pelea que tuvo con ese Roquero, el director, el Sr. Dickson, tomó la firme e indiscutible decisión de suspenderlos los cuatro días que restaban para que concluyera la primera semana de clases, una reprimenda adecuada en base a su criterio.

En realidad, suponía que no había gran problema ya que, como todo inicio ordinario de actividades académicas en Oak Hills, los días previos al reingreso se repasaban temas anteriores de las asignaturas, se daban los horarios escolares o se reajustaban. De lo que estaba inseguro era de cómo Deriam se vería perjudicado en el equipo, pero sospechaba que no se metería en líos graves.

—Sí —respondió Deriam en un gruñido de dolor al tocarse el moretón que tenía en el labio, el cual estaba hinchado y enrojecido —, por culpa de ese hijo de puta —dio un manotazo a la mesa de la cafetería que hizo que las bandejas con comida se sacudieran. Era la hora del almuerzo —. ¡¿Quién mierda se cree que es ese maldito?!, ¡él inició la pelea!

—Ay, no seas un llorón —comentó Derek, quien estaba bebiendo una lata de soda mientras coqueteaba con cualquier chica con la que su vista se cruzara. Era un sujeto atractivo, sí; esos ojos negros, el cabello rizado y un rostro adiamantado con facciones masculinas remarcadas le daban unos anticuados aires a esos ridículos príncipes de Disney, pero eso no le quitaba lo... vanidoso, por decirlo así —, el golpe parece un bonito y sexi chupetón. Podrías decir que Wyatt te lo hizo y fin del caso.

—¿Bromeas? La voz se estuvo corriendo desde la mañana, nadie va a creer esa mierda. Además, media escuela vio la pelea —agregó Chappell, le mejor amiga de Deriam.

Ella pertenecía al grupo de porristas, era muy bonita; con una larga cabellera oscura, lacia y que le llegaba a la cintura y una cara tan fina y parecida a la tela que era común que se robase la atención de todos en los pasillos. No sabía si tenía novio. De hecho, no conocía mucho de su vida, así como la de Derek. No me había "tomado la molestia" de conocerlos más a fondo ni ellos a mí, exceptuando el saber que Deriam y yo éramos novios y que los dos eran sus mejores amigos. Inclusive opinaba que desconocer a las amistades de tu novio no era un crimen. Siendo sincero no me nacía querer conocerlos más allá del tipo de relación por el que nos unía mi novio.

—¿Qué piensas de que a tu hombre le hayan dado una paliza, Watty? —me interrogó Derek, arrojándome una servilleta de papel hecha bola que cayó en mi puré de papa a medio comer.

—Sí, Wyatt, te has notado callado —dijo Chappell —, lo único que te he oído decir fue la pregunta para reafirmar si Dari está suspendido.

—Pues...

Hice una pausa para repensar en cómo el Greñudo me observó antes de que se lo llevaran a la dirección. Lo estuve repasando en clases y concluí en que el maldito me estaba haciendo burla por lo que le hizo a Deriam. ¿Él sabía que teníamos una relación? Podía ser que esa fuera la razón de su evidente comportamiento, pero, ¿por qué habría de hacerlo? ¿Deriam y él tendrían asuntos pendientes? Si era así, él nunca me lo comunicó.

No conseguía dejar de pensar en aquel sujeto. Tenía un no-sé-qué que me parecía... peculiar. Y tenía dudas, ¿por qué llegaron a los golpes? ¿Quién provocó primero a quién? Conocía a Deriam y, bueno, era de mi conocimiento que en ocasiones se le iba la mano si alguien lo retaba.

—Déjenlo en paz —se entrometió Otto, un chico de tez negra y con un peinado de trenzas en la parte superior de la cabeza que acababan en una pequeña cola de caballo. Era serio, no más que yo, y mantenía una compostura más recta en contraste con los demás —, es evidente que está impresionado y preocupado.

The Use In The FalloutWhere stories live. Discover now