Capítulo 26

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26|Ella me persigue.

And I know I'm tough like stone But right now, please hug me
(Y sé que soy duro como una piedra. Pero ahora mismo, por favor abrázame)-Villain. Missio.



Billy

Marcos me recuesta en el sofá de la sala de su departamento y echo mi cabeza hacia atrás soltando un suspiro cansado.

Todo mi cuerpo duele, siento como si me estuviese desvaneciendo conforme más pasa el tiempo.

Al celular de Marcos no dejan de llegar llamadas, pero él las ignora y se va directo a su habitación. Sé que es Anye o tal vez Alex avisándole lo que sucede con Drew. Marcos no debería estar aquí en este momento, tenía muchas cosas que hacer, pero no quería alejarse de mí.

La doctora Cobb me pide permiso para poder quitarme la camiseta y yo asiento. No podía ni siquiera mover mi brazo, así que el proceso es algo doloroso. Ella me obliga a echarme un poco hacia adelante para poder quitarla más fácil.

Marcos sale nuevamente de su habitación con una cubeta de agua y una toalla húmeda.

—Eso ayudará mucho—dice ella. Deja que el pelinegro se acerque y coloque la toalla en mi frente.

Addy esta en la cocina. Me preocupa la manera en la que esta sentada mirando a la nada, parece como si realmente su mente no estuviera aquí ahora mismo.

Cobb se sienta en una pequeña silla frente a mí para poder limpiar mi brazo, mientras Marcos sigue mojándome con esa agua helada.

Un quejido escapa de mí cuando ella quita la venda que yo había puesto en mi brazo hace algunas horas. La sangre seca había hecho que esta se pegara a mi piel, así que dolía como el infierno.

—Joder—dejo caer mi cabeza hacia atrás en el respaldar del sofá. El dolor es insoportable. Todo me da vueltas.

—Intentaré hacerlo despacio—murmura y pasa un algodón húmedo cerca de la herida para limpiarla.

Cierro mis ojos con fuerza. Me sorprendía que ella no hiciera ninguna pregunta sobre esto, simplemente curaba mi herida sin cuestionarse nada. Aunque Marcos me dijo una vez que la habían contratado por esa razón, en un hospital te harían demasiadas preguntas, pero con ella podías simplemente mantenerte en silencio y no diría nada.

—Voy a sacar la bala, va a dolerte—avisa y toma unas pinzas para llevarla a mi herida.

Aprieto mis dientes cuando la siento introducirlas en el pequeño agujero que se hizo en mi piel. Mi otra mano se aferra a algo con fuerza.

¿Dijo que iba a dolerme? Pues esto es una cosa mucho más elevada que eso. Creo que nunca había sentido un dolor tan fuerte en mi vida.

La siento sacar las pinzas nuevamente, junto a la bala. Mi respiración es un desastre y el mareo aún está presente.

Llevo mi vista hacia Marcos a mi lado. Estoy lastimando su mano con mis uñas y no lo había notado. Hago un gesto de disculpas, pero a él no parece importarle mucho el dolor, más bien su expresión es un poco preocupada.

—Estas muy pálid...

(...)

Parpadeo sutilmente intentando ver en la oscuridad. Me encuentro recostado en el sofá. Alguien está sentado frente a mí con mis pies sobre su regazo, solo puedo ver su perfil, pero no tardo en descubrir que es él.

—¿Marcos?—murmuro algo desorientado, ¿qué había pasado?

Él voltea a mirarme y lo veo sonreír perezosamente.

Como un rehén (BORRADOR)Where stories live. Discover now