𓂃 ࣪˖Capítulo 17. ִֶָ𐀔

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—Yo no —intenté abrir la puerta, pero él me lo impidió—. Vete, William, no quiero que estés cerca por ahora, respeta mi momento y estamos fuera de donde trabajo.

—Sí —lanzó una mirada hacia la universidad—, eso veo, pero no me interesa, dame tus llaves, yo conduzco —estiró una de sus manos.

—Quítate —dije en un tono más flemático—. Apártate de mi camino, William.

Aquel me regaló su característica sonrisa maliciosa, era justamente lo que solía hacer en el pueblo, imitando esa conducta que detesté por tanto tiempo.

—Yo soy tu camino, Lis —levanto la mano para acariciar mi mejilla, pero yo me aparté—. Soy tu casa, dame las llaves, mi amor.

—Te dije que no —escupí.

La sonrisa se le borró del rostro.

—No me hagas obligarte, Lisa. Deja lo terca y sube al puto coche, pero antes dame las llaves —abrió los ojos como si de un maniático se tratase.

—No te daré nada —bramé—. Si intentas algo prometo gritar, así te vas detenido y vas a tener prohibido acercarte a mí.

—Tú haces eso y yo te...

—¿Qué le hará? —ambos giramos para ver de donde provenía esa voz, y me sorprendió al ver a Jennie—. ¿La golpeará?

William soltó una pequeña carcajada, mostrando su burla.

—No puede ser, apártate, niñita. ¿¡Quién eres tú para meterte en cosas de pareja!? —William era muy intimidante cuando quería, esta no era la excepción, pero Jennie no parecía intimidada en lo absoluto.

Jennie se detuvo a mi lado con los brazos cruzados, usualmente las personas tenían las manos sueltas por si se presentaba cualquier cosa, pero Jennie demostraba su fuerza a través de la mirada y no inmutándose, con el mentón en alto y no dejándose intimidar por lo que haría o diría William.

—Por lo que puedo ver, ustedes no son pareja, tú la estás obligando a hacer algo que ella no quiere, lárguese de aquí o llamaré a la autoridad de la universidad, a mí me defienden mucho, no lo dude —advirtió Jennie—. Si ella no quiere hacer lo que usted le ordena, es por una razón, no tolero que hombres como usted quieran hacer sentir a la mujer su títere.

—Eres una... —William dio un paso al frente para atacarla, pero yo intervine.

—Si la tocas, no respondo —amenacé—. Y no, no es una advertencia, William.

William retrocedió al ver que por primera vez no titubee en mi reacción. Incluso yo me desconocí, nunca actué de esa manera, como si se tratase de un león defendiendo a su familia o algo similar, con Jennie salió a relucir una parte de mí que yo no sabía que tenía. Quise protegerla de cualquier cosa que le pudiese hacer William.

Quizás porque esto era mi culpa, y no quería que saliera lastimada, ella no tiene nada que ver en mis problemas ni el porqué pagar mis platos rotos.

—Nunca te vi así —dijo—. Cualquiera diría que la prefieres a ella, mal ahí, Lisa. Nos veremos luego, cuando esa mocosa no esté en mi camino.

Se dio la vuelta, lo observé hasta que lo perdí de vista.

Solté el aire de mis pulmones y me recosté de la puerta de mi coche, Jennie, por otro lado, solo se dedicó a observarle impasible, la discusión con William no le afectó en lo más mínimo. Jugué con mis dedos, aun tratando de tranquilizarme y de recuperar la respiración.

—Odio este tipo de enfrentamientos —musité.

—¿Por qué no le pones una orden de alejamiento?, se ve desde lejos que ese tipo es un agresivo —replicó.

Jupiter. (Jenlisa)Where stories live. Discover now