Cellbit, o sátiro

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Cellbit soltó un pequeño gemido cuando sintió, de nuevo, aquel roce en su entrepierna. No estaba seguro de lo que estaba pasando, pero tenía demasiado sueño, no quería abrir los ojos.

O al menos, así fue hasta que distinguió un gemido más.. que no era suyo.

Abrió los ojos en el preciso momento en que todos los recuerdos de la noche anterior se desbordaron en su mente como una avalancha. Se sobresaltó un poco, abriendo los ojos de golpe y encontrándose con la castaña cabellera de Roier recostada en su pecho cómodamente.

Movió las piernas un poco, notando de inmediato la razón de sus gemidos y los del menor; ambos tenían las piernas enredadas con las del otro, por lo que era de esperarse que sus entrepiernas quedarán juntas y frotándose constantemente entre sí.

No le tomo demasiado darse cuenta que no podía moverse, pues los brazos de Roier estaban fuertemente aferrados alrededor de su cintura, dejándole inmóvil.

Cerro los ojos con fuerza, intentando plantearse una idea de lo que le diría a Roier y como este podría reaccionar ante la historia nada trágica que Cellbit estaba deseando contarle, pues quería que Roier entendiese el porque de su actitud de siempre y la de anoche.

No iba a ser algo fácil de contar, porque probablemente el menor se reiría de el. Pero Roier le gustaba.. y quería intentarlo con el. Por más que eso le costase el autocontrol, deseaba que con Roier no fuese únicamente sexual.

Sintió un par de cosquilleos en su cuello y miro hacia abajo, encontrándose con que Roier parecía estar despertando, pues se movía inquieto, por lo que su cabello cosquilleaba en el cuello de Cellbit, quién no pudo reprimir sus impulsos y acariciar sus cabellos delicadamente.

Roier paseo sus manos por el abdomen de Cellbit, poniendolo nervioso.

-¿Roier?

Roier le miro en ese momento y Cellbit temió que pudiese escuchar el inquieto y fuerte latido de su corazón, pues este se había pues este se había agitado notable mente al ver la adorable cara de Roier recién despierto, con pequeños y hermosos ojos perezosos medio abiertos, sus labios exquisitos y rosas como siempre y sus cabellos apuntando en todas las direcciones, dándole una apariencia más que preciosa.

-Buenos días, gatinho.. - Roier murmuro, trepó hasta quedar sobre Cellbit y le beso la mejilla. -¿Cómo dormiste?

Cellbit lo miro estupefacto. ¿Acaso había olvidado lo que lo que sucedió en la madrugada? Era cierto que deseaba que Roier recordaste cada minucioso detalle, tal como el lo hacía, pero, de cualquier modo, aún no sabía cómo lidiar con ello. Asi que no tenía idea de que hacer o que decir.

-B-Bom- Se limitó a responder, forzando una sonrisa. - ¿e você?

Roier río, sacudiendo sus hombros y confundiendo al mayor.

-Hace un par de horas estabas; "Roier, me gusta el control", "Roier cállate", "Roier, eres muy inquieto", "Roier, Roier, Roier..- Se burló el menor enarcando una ceja. Cellbit enrojeció por completo. Roier apoyo sus manos en el pecho de Cellbit y, en estás, su cara. - Es un poco demasiado raro que ahora te dignes a recordar.

El mayor se muerde el labio inferior. Debía admitir que se había estado armando de valor para contarle todo a Roier desde hace más de una semana, pero, justo, en ese momento ni una sola palabra era capaz de salir de su boca.

Pero parecía no ser necesario, pues estando completamente hundido en sus pensamientos, lo único que fue capaz de sacarlo de ahí, fueron los tercios labios de Roier posando sobre los suyos.

Roier se acomodo de modo que quedó sentado sobré el abdomen de Cellbit y enredó sus dedos en el cabello creciente de la nuca del mayor, quién se derrito instantemente ante el toque, enlazando su lengua con la del menor.

Cellbit se recostó sobre el cabecero de la cama, sentándose, haciendo deslizarse a Roier por su estómago hasta que su trasero cayó en su entrepierna. Roier se acomodo, moviendo sus caderas contra las del más alto, a lo que esté no pudo evitar jadear en medio del beso, apretando los ojos y apartando al menor, quién le miro con los ojos anhelantes y brillosos, y unos labios hinchados y rojizos.

-Não posso, Roier... não posso. - Murmuro el mayor, revolviendose el cabello.

-¿Que no puedes? - Pregunto Roier, enarcando una ceja. Cellbit dudo muchas veces antes de mirarlo, pero al final, lo consiguió.

-Não posso fazer nada com você até que você saiba... tudo. - Confesó Cellbit, mordiéndose el labio inferior. Roier sonrió, compresión brillaba en su mirada y Cellbit tuvo que contenerse un infierno para no lanzarsele encima en ese momento.

-Bueno.. empieza. - Pide Roier, acariciando levemente las clavículas del mayor.

-Primeiro sente-se em outro lugar, não posso ser mimado se você estiver lá. - Le hace saber Cellbit, señalando un lugar al lado de su cama. Roier suelta una risita traviesa y se acomoda donde Cellbit lo ha pedido.

-Ahora empieza.

El mayor se lame los labios, ansioso.

-Soy un sátiro. - Soltó de golpe, haciendo a Roier sobresaltarse.

-Eh.. bien, supongo que...

(Me da hueva traducir todo eso 😿)

-No he terminado. - Lo interrumpe. - La primera vez que tuve sexo fue alos dieciséis, fue con una chica y fue.. horrible. - La mueca de asco que hizo Cellbit, hizo reír a Roier. - No lo intente hasta medio año después, pero fue, está vez con un chico. El no quería dejarme ser el activo por mi falta de experiencia, pero yo me negaba a ser el pasivo, asi que esa noche solo nos tocamos y no pasamos del sexo oral. A pesar de eso, fue una de las mejores noches de mi vida. Así que asumí que el problema eran las chicas. - Cellbit hace una pausa. - Entonces me eduqué en el tema del sexo homosexual y empece a hacerlo con chicos.. demasiado seguido.

-No podía estar un fin de semana sin estar en las piernas de un chico. Con el tiempo empeoró por qué los chicos ya no eran suficiente para mí. Por más que me había traumado con el tema de las chicas, no pude resistirme. Empecé a hacerlo con chicos, chicas y ambos al mismo tiempo. Llegue al punto de no poder pasar un día sin sexo. Mi resistencia se volvió aterradora... - Cellbit hace una mueca de angustia.

-Podia hacerlo cinco veces seguidas.. e incluso a veces sentía que no quedaba satisfecho. Mi familia se dió cuenta.. fue lo más vergonzoso que tuve que admitir frente a ellos, pero, en ese punto, yo ya sabía hace mucho que tenía un problema de hipersexualidad. Así que fui a tratamiento durante un año y medio. Para cuando salí, tenía dieciocho, que fue cuando me fuí de intercambio.

-Cuando llegué a América, me di cuenta que llamaba mucho la atención, las chicas y los chicos me calan por todos lados. Así que pensé que no era bueno para mí autocontrol si tenía la tentación tan cerca. Siempre he sido un chico un poco tímido, así que me encerré en mi mismo, así era hasta que cumplí los quince. Pareció funcionar porqué nadie me prestaba atención... - El chico se cubre la cara con las manos. - Hasta que tuve que volver a Brasil y entonces a la universidad, entonces tuve que entrar al equipo y ahora todos están detrás de mí...

Cellbit se callo de repente. Quizás una apresurada confección después de una historia tan patética como aquélla no era una buena idea... Lo mejor era esperar por la reacción de Roier.

Así que voltea a mirar, encontrándose con los adorables ojos de Roier muy abiertos y perdidos en la nada, procesando la información recién obtenida.

-Bueno.. yo.. no sé que decirte. - Admite Roier encogiendose de hombros. - Lo único que puede pensar es que no te va a servir de nada reprimirte sexualmente. Todo saldrá peor. Además, tiene las bases de tu tratamiento y la pautas a seguir, sabras que hacer cuando sientas nesecidad de tener sexo.. como lo haz hecho todo esté tiempo...

-Existe um problema maior do que isso.. - Murmura Cellbit, mirándolo fijamente. Roier responde su mirada, sonrojandose levemente.

-¿Cuál es el problema? - Pregunto el menor, moviéndose para volver a su posición anterior, sobre el regazo del mayor.

Cellbit traga saliva, desviando su mirada de los labios a los ojos del menor en repetidas veces.

-Eu gosto de você

F A L O F I L I A_GuapoDuoWhere stories live. Discover now