O verdadeiro Cellbit Lange

7.6K 413 128
                                    


-!Y Aldo me dijo que las hormigas se volverían gigantes si las metíamos a la piscina! Pero me mintió....- Bufo Roier, cruzándose de brazos. Cellbit rió.

-Tenho certeza de que Aldo também não tinha ideia de que as formigas não cresceriam se fossem jogadas na piscina.- Articuló Cellbit, con la vista fija en la carretera.

-Aldo siempre me miente... pero lo amo... es mi mejor amigo..- Empezó a balbucer el menor, soltando pequeñas risas.- Pero gatinho, no te pongas celoso. Yo también te amo a ti.

Cellbit no dijo nada, pues su vergüenza no le dejaba.

-Es ahora cuando me dices que tú también me amas, gatinho.- Le recordó Roier, sonriendo ampliamente, pero sin mostrar sus dientes. Ante aquella mirada de cachorro, Cellbit simplemente no pudo negarse.

-También te amo.- Murmuró, sonriendo avergonzado.

Roier se calló en ese momento y los que siguieron despúes, y Cellbit lo agradecía, pues no quería morir de la vergüenza por otras cosas que se le pudiesen salir a Roier en ese estado de ebriedad, donde parecía no tener filtro alguno a la hora de hablar.

Un par de minutos despúes, ambos estaban frente a la casa de Cellbit, quien hace tan solo un par de meses vivía solo con su hermano mayor, Pac, quien le habia recibido con los brazos abiertos cuando volvió del intercambio estudiantil en Estados unidos. Sus padres le habían pedido que volviese a Brazil, pero Cellbit prefirió vivir con su hermano, despúes de conocer personas tan fantásticas como las que eran sus nuevos amigos, no se arrepiente de su decisión.

Salió del auto, pensando que tendría que abrirle la puerta a Roier y llevarlo él mismo hasta el interior de la casa, pero se sorprendió en cuanto el menor abrió la puerta y salió por su cuenta, caminando entre tropezones hacia la entrada.

Cellbit le siguío rápidamente, posicionándose a su lado.

-¡Rivers!- Grito Roier, deteniéndose unos metros antes de llegar a la puerta.

-Royer, Rivers no se encuentra aquí, esta es mi casa.- Le hizo saber Cellbit, parándose frente a Roier, quien le miró con el ceño fruncido.

-¿Por qué me trajiste a tu casa, Cellbo?.- Preguntó Roier, enarcando una ceja.

-No tenías donde dormir. Yo me ofrecí a darte hospitalidad porque sé que mi hermano no pasará aquí la noche, además, a él no le molestará.- Le explicó Cellbit, esperando que Roier le entendiese.

Este sonrió

-Si querías que durmiera contigo no tenías que inventar una excusa...- Roier hipó.- Yo hubiese venido... si era contigo... sin importar nada.

Cellbit sintió calientes sus orejas.

-No Royer... yo... y-yo..-

Roier abrazó a Cellbit, acercando en demasía su rostro al del mayor.

-Silencio gatinho, Despertarás a Rivers.- Susurró Roier, mirando fijamente a los labios de Cellbit, quien empezó a entrar en pánico de inmediato. ¿Y si Roier lo besaba? ¿Qué se supone que deberia hacer si Roier lo besa? ¿Apartarlo? ¿Y si se sentía rechazado?

Pero no tuvo tiempo de pensar mucho más, pues Roier le besó en la nariz y se apartó, tambaléandose hasta la puerta donde empezó a golpear aparatosamente, sin cuidado alguno. Cellbit tuvo que respirar más de tres veces, contando hasta diez.

Cellbit camino hacia él y lo apartó levemente de la puerta, dándole tiempo para mirar con una sonrisa boba y abrazarlo por la espalda, trepandolo en su cuerpo como un pequeño koala.

F A L O F I L I A_GuapoDuoWhere stories live. Discover now