una navidad Espacial

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Era la noche de navidad y el capitán Luis estaba al mando de la nave espacial Estrella Polar. Su misión era explorar el sistema solar y buscar vida extraterrestre. Luis era un hombre valiente y curioso, pero también extrañaba a su familia y amigos en la Tierra.

- Capitán, tenemos una señal de socorro proveniente de un asteroide cercano - dijo su copiloto Ana, una experta en comunicaciones e ingeniería.
- ¿Una señal de socorro? ¿De quién? - preguntó Luis, sorprendido.
- No lo sé, capitán. Es una frecuencia desconocida. Tal vez sea una trampa o una broma - respondió Ana, dudosa.
- No podemos ignorarla, Ana. Tal vez haya alguien en peligro. Vamos a investigar - decidió Luis, con determinación.

Luis ordenó a su tripulación que se preparara para el aterrizaje. La nave espacial se acercó al asteroide y encontró un lugar seguro para descender. Luis y Ana se pusieron sus trajes espaciales y salieron de la nave. Llevaban consigo un dispositivo para rastrear la señal de socorro.

- ¿Dónde está la señal, Ana? - preguntó Luis, mientras caminaba por la superficie rocosa del asteroide.
- Está cerca, capitán. A unos cien metros de aquí - respondió Ana, mirando el dispositivo.
- Vamos, entonces. Tal vez encontremos algo interesante - dijo Luis, con esperanza.

Luis y Ana siguieron la señal hasta llegar a una cueva. Entraron con cuidado y se sorprendieron al ver lo que había dentro. Había una pequeña nave espacial de forma ovalada, de color rojo y blanco, con un símbolo de una estrella en el costado. Junto a la nave, había un hombre de aspecto extraño, con una barba blanca y un traje rojo. El hombre estaba inconsciente y tenía una herida en la cabeza.

- ¿Qué es esto? - exclamó Luis, incrédulo.
- Parece una nave espacial... pero no de las nuestras - dijo Ana, confundida.
- Y ese hombre... ¿será un extraterrestre? - preguntó Luis, asombrado.
- No lo sé, capitán. Pero tiene un aspecto familiar - respondió Ana, pensativa.

Luis y Ana se acercaron al hombre y lo examinaron. Tenía un pulso débil y una respiración irregular. Luis le tomó la mano y sintió algo en su bolsillo. Lo sacó y vio que era una lista con nombres de niños y niñas de todo el mundo.

- ¿Qué es esto? - preguntó Luis, curioso.
- Parece una lista de... ¿regalos? - dijo Ana, sorprendida.
- ¿Regalos? ¿Para quién? - preguntó Luis, intrigado.
- Para los niños y niñas de la Tierra, capitán. Mire, aquí dice: "Lista de navidad de Papá Noel" - respondió Ana, mostrándole la lista.

Luis y Ana se quedaron sin palabras. No podían creer lo que veían. ¿Acaso ese hombre era el verdadero Papá Noel? ¿Y qué hacía en el espacio?

- Capitán, tenemos que ayudarlo. Tal vez tuvo un accidente y se perdió - dijo Ana, compasiva.
- Tienes razón, Ana. Vamos a llevarlo a nuestra nave. Quizás podamos salvarlo - dijo Luis, comprensivo.

Luis y Ana cargaron al hombre y lo llevaron a su nave espacial. Lo acostaron en una camilla y le aplicaron los primeros auxilios. Luego, intentaron comunicarse con él.

- Hola, señor. ¿Puede oírnos? - preguntó Luis, suavemente.
- Ugh... ¿dónde estoy? - murmuró el hombre, abriendo los ojos.
- Está en nuestra nave espacial, señor. Somos exploradores del espacio. Lo encontramos en un asteroide - explicó Luis, amablemente.
- ¿Exploradores del espacio? ¿Qué año es este? - preguntó el hombre, confuso.
- Es el año 2023, señor. Es la noche de navidad - respondió Luis, pacientemente.
- ¿La noche de navidad? ¡Oh, no! ¡Tengo que entregar los regalos! - exclamó el hombre, alarmado.
- ¿Los regalos? ¿Es usted... Papá Noel? - preguntó Luis, incrédulo.
- Sí, lo soy. Y necesito su ayuda. Mi nave espacial se averió y no puedo continuar mi viaje - dijo el hombre, angustiado.
- ¿Su nave espacial? ¿Cómo es que tiene una nave espacial? - preguntó Luis, asombrado.
- Es una larga historia. Verán, hace muchos años, me di cuenta de que el mundo se estaba volviendo más grande y más poblado. Ya no podía usar mi trineo y mis renos para entregar los regalos a tiempo. Así que decidí modernizarme y construir una nave espacial. Con ella, podía viajar más rápido y más lejos. Pero también tenía más riesgos. Como este, por ejemplo - explicó el hombre, con tristeza.
- Vaya, eso es increíble. Pero, ¿cómo sabe quién se ha portado bien y quién se ha portado mal? - preguntó Luis, curioso.
- Tengo una base de datos en mi nave espacial. Allí guardo toda la información de los niños y niñas del mundo. Sus nombres, sus edades, sus gustos, sus deseos, sus acciones. Todo. Así puedo saber quién merece un regalo y quién no - dijo el hombre, con orgullo.
- ¿Y cómo hace para entrar en las casas sin que nadie lo vea? - preguntó Luis, fascinado.
- Tengo un dispositivo de invisibilidad. Con él, puedo pasar desapercibido y dejar los regalos debajo del árbol. O en los calcetines, o en los zapatos, o donde sea que los niños y niñas los esperen - dijo el hombre, con alegría.
- Wow, eso es increíble. Pero, ¿por qué está en el espacio? ¿No es más fácil entregar los regalos desde la Tierra? - preguntó Luis, perplejo.
- Bueno, hay varias razones. Una es que el espacio es más seguro. Hay menos contaminación, menos ruido, menos tráfico. Otra es que el espacio es más mágico. Hay más estrellas, más planetas, más maravillas. Y otra es que el espacio es más divertido. Me gusta ver la Tierra desde arriba, y sentir que soy parte de algo más grande - dijo el hombre, con pasión.
- Entiendo, señor. Pero, ¿qué pasó con su nave espacial? ¿Por qué se estrelló en el asteroide? - preguntó Luis, preocupado.
- Fue un accidente. Estaba volando cerca de Saturno, cuando vi una luz brillante. Era un cometa. Me pareció tan hermoso, que quise acercarme a verlo. Pero no me di cuenta de que había un campo magnético. Mi nave espacial se descontroló y me arrastró hacia el asteroide. Allí choqué y me golpeé la cabeza. Lo último que recuerdo es que activé la señal de socorro - dijo el hombre, con dolor.
- Lo siento mucho, señor. Pero no se preocupe. Nosotros lo vamos a ayudar. Vamos a reparar su nave espacial y a entregar los regalos - dijo Luis, con determinación.
- ¿De verdad? ¿Harían eso por mí? - preguntó el hombre, con esperanza.
- Por supuesto, señor. Es lo menos que podemos hacer. Después de todo, usted ha hecho feliz a tantos niños y niñas en el mundo. Incluyéndonos a nosotros - dijo Ana, con emoción.
- Gracias, gracias, gracias. No saben cuánto se lo agradezco. Son unos ángeles - dijo el hombre, con gratitud.

Luis y Ana sonrieron. Se sentían felices de poder ayudar a Papá Noel. Se pusieron manos a la obra y repararon su nave espacial. Luego, cargaron los regalos y se dispusieron a entregarlos. Papá Noel les dio las instrucciones y les prestó su dispositivo de invisibilidad. Luis y Ana se divirtieron mucho, viendo las caras de los niños y niñas cuando encontraban sus regalos. También

Luis y Ana se divirtieron mucho, viendo las caras de los niños y niñas cuando encontraban sus regalos. También aprovecharon para ver algunos lugares hermosos del espacio, como la Luna, Marte, Júpiter y sus lunas, y la Vía Láctea. Papá Noel los acompañó y les contó muchas historias y anécdotas de sus viajes.

Finalmente, terminaron de entregar todos los regalos y regresaron al asteroide donde habían encontrado a Papá Noel. Allí se despidieron con un fuerte abrazo y le agradecieron por la oportunidad de vivir una aventura tan increíble.

- Gracias a ustedes, amigos. Han salvado la navidad. Y me han hecho muy feliz - dijo Papá Noel, con lágrimas en los ojos.
- No hay de qué, señor. Ha sido un honor y un placer - dijo Luis, con humildad.
- Sí, señor. Ha sido una experiencia maravillosa - dijo Ana, con entusiasmo.
- Espero volver a verlos pronto. Y recuerden, siempre mantengan vivo el espíritu de la navidad - dijo Papá Noel, con cariño.

Papá Noel subió a su nave espacial y se despidió con la mano. Luis y Ana hicieron lo mismo desde su nave. Luego, cada uno partió en direcciones opuestas. Pero antes de perderse de vista, Papá Noel les hizo una última sorpresa. Encendió las luces de su nave espacial y formó una figura en el cielo. Era un árbol de navidad, con una estrella en la punta. Luis y Ana lo vieron y sonrieron. Se sintieron felices y agradecidos. Habían vivido una noche de navidad inolvidable. 🎄

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⏰ Huling update: Dec 25, 2023 ⏰

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