Este es el mundo en el que vive Ash.

—¿Okumura? Sino sales voy a entrar.

—Ya salgo.

—Más te vale.

Eiji se alcanza a vestir antes de que Yue tenga oportunidad de verlo desnudo porque su cuerpo, Dios, su cuerpo quedó tan magullado, no solo por el agua hirviendo que lo empapó hasta desprenderle la capa superior de la piel, dejando unos manchones y fístulas viscerales, sino que está mancillado del inicio, lo ve en las heridas de balas, algunas pequeñas y del tamaño de un lunar, otras blancas porque se formaron queloides, lo ve en sus rasguños, en las puñaladas, Shorter, en las cicatrices que Shorter le dejó porque sabía que era preferible cortarle el pescuezo a ser atrapado por Dino, de seguro corre peligro en ese laboratorio y no puede hacer nada, incluso si pudieran escapar de la habitación afuera solo hay guardias y están en territorio enemigo entonces ¿qué pasaría? Simple, Golzine los castigaría con más dureza y esta vez no se zafaría del celo de un alfa.

—Justo cuando me mordiste.

Eiji desliza sus dedos hacia la marca de Ash, si bien apuesta que Dino quería profanarla solo para así mandarle un mensaje al lince y falló mordiéndole el cuello...

¿Me seguirás amando si ya no estoy limpio? ¿Si no soy todas las cosas que amaste? ¿Si quizás nunca las fui pero estaba asustado? Fui un cobarde. Tan cobarde. Perdón.

—¿Eiji? —El semblante de Yut-Lung cambia cuando se ven a la cara—. ¿Estás bien? —Luce incómodo y no quiere ponerlo de esa manera, ni siquiera le cae bien a este omega, no le dará la razón actuando como peso muerto—. Te ves enfermo.

—Estoy de maravilla. —Corta—. ¿Qué tal tú? ¿Quieres ducharte?

—Lo hice apenas Dino salió del cuarto.

—Grandioso. —Eiji se sienta en la cama—. ¿Ahora qué? ¿Esperamos a que vuelva? Creo que dejaron algunas revistas sobre el escritorio, podríamos leer algo para no aburrirnos.

—Para. —El omega se acomoda a su lado, intenta darle las manos, sin embargo, Eiji golpea el agarre.

—L-Lo siento. —Está horrorizado—. No sé por qué reaccioné así.

—Yo sé por qué.

—Yut-Lung.

—Y creo que tú también sabes por qué.

—No quiero hablar de eso. —No puedo hablar de eso—. Y sé que estoy haciendo un show demasiado grande para algo que ni siquiera pasó, ni siquiera nos alcanzó a tocar, no pasamos el celo de Golzine.

Pero mientras más repara en la verdad más detalles memora que no está listo para recordar, ha sido toda una mierda desde que Ash lo rescató porque se enamoró, él, Eiji Okumura, el chico al que solían decirle que era demasiado feo para ser omega y cuando finalmente se manifestó utilizaron en contra su casta para que renunciara al salto de pértiga, tocó fondo y normalizó estar al fondo, por eso creyó que merecía ser un sujeto de experimento y no puso más resistencia cuando Dino lo secuestró ¿para qué? No había vida que salvar.

Te sacaré de aquí y nunca más tendrás que ver algo tan horrible.

Se hizo vida cuando Ash lo encontró.

Sí.

Pero también se hizo sumamente difícil porque Eiji veía lo mucho que Ash idealizaba valores que no sentía suyos, no era tan inocente, ni tan ingenuo, ni tan bondadoso y mucho menos angelical, Eiji se consideraba a sí mismo tan imperfecto que cada vez que miraba a Ash y luego reparaba en sí mismo no le cabía en la cabeza cómo podía ansiarlo a su lado, intentó compensarlo sosteniendo una versión bonita de su personalidad, fue empático, fue un soporte emocional, siempre acogió a Ash, a Shorter, a los chicos, a Skip, a Sing, procuró ser todo eso que no fueron con él sin mostrar indicio de que por dentro se craquelaba, temía que lo echaran al percatarse de que realmente era una mentira porque así se siente. Eiji no es un ángel. Ni un salvador. Ni un contenedor emocional que debe recibir mierda tras mierda con una sonrisa. No tenía por qué poner la otra mejilla y aun así, lo hacía. ¿Pero ahora...?

Taming the lynx [Omegacember 2023].Where stories live. Discover now