Cabaña

22.9K 85 2
                                    

Podré haber esperado todo de mi, pero...¿Perder mi "virginidad" con un hombre mayor que yo? Jamás. ¿Me arrepiento? Por supuesto que no, lo disfruté como nunca y más al ser mi primera vez.
Soy Jane, tengo 20 años y ahora contaré el siguiente relato.

------------------------------------------------------------------

No sé bien cuando comenzó todo, pero inicio de esta manera...
Trabajaba en una cafetería conocida de la ciudad. Similar a Starbucks, pero no me centraré en esos detalles. De todos los clientes que ví había uno que me llamaba la atención, pues era altísimo, su cabello dorado me volvía loca y sus ojos verdes... ¡maldición! Sus ojos eran tan masculinos y sensuales. Él venía a menudo y cada día que pasaba por nuestra cafetería a pedir algo siempre llevaba un traje distinto, uno gris, uno negro, uno beige, uno marrón oscuro y mi atuendo favorito, un traje azul oscuro, que siempre la traía con corbata roja. Lo hacía ver tan elegante y tan perfecto a la vez, era tan jodidamente atractivo. Cada vez que venía bajaba la mirada enseguida. No podía mantener la mirada al frente teniendo tremendo hombre al frente de mí. Además, él aparentaba tener unos treinta, por lo que me doblaba la edad maso menos.

Pero había un asunto que me rondaba la cabeza, siempre que venía a la caja a pedir el mismo café negro, no podría evitar preguntarme; ¿Estará casado? ¿O tendrá novia? Siempre me preguntaba como si tuviera oportunidad de estar con él. Lo mucho que pude interactuar con él a penas fueron algunas conversaciones que tuve al tomarle sus pedidos. Su nombre es Alessandro, le quedaba como anillo al dedo. No he podido hablar con él lo suficiente tiempo como para poder preguntar sobre su vida personal.

Ahora mismo lo tenía en frente y yo disimulaba, él no apartó su mirada de mí, sus ojos tenían un semblante masculino y seductor, su leve sonrisa persuraba en él;—Un café negro, por favor—dijo él con una sonrisa.

Anoté la orden—¡Anotado! ¿A nombre de..?—pregunté, aún sabiendo que su nombre es Alessandro.

—Oh, bueno, creí pensar que ya lo sabías, ya que siempre escribías mi nombre...

—Oh sisi claro! Ya lo recordé, anotado para Alessandro—anoté nuevamente—Enseguida vuelvo—dije y al marchar a la maquina de café se me escapó una sonrisa de la emoción.

Luego de terminar su pedido se lo dí y pago por el, sin antes decirme—Gracias y hasta luego, Jane—se fue saludandome con una mano.

Y así fueron los siguientes días, yo todavía no me animaba a mirar a su rostro de cerca por eso usaba una gorra para ocultar mi vista, cuando él venía siempre lo atendía yo y a veces conversaba conmigo cuándo él se sentaba en la barra. Amaba tanto sus pláticas conmigo, para mí era un avance con él aunque de seguro no lleve a nada, o eso pensé cuando una de la tantas veces que ha venido, antes de marcharse, me regaló una rosa envuelto en papel dorado. Cuando ví que me estaba ofreciendo aquella rosa no aguanté de la emoción y mis manos pararon a mi boca sorprendida, mis ojos se agrandaron y en mi interior sentí que iba a desmayarme.

—Es para tí, tus cafés son tan dulces cómo tú—sonrió y me guiñó un ojo. No podía creerlo. ¿Esto era un sueño?

—¡Wow! ¡Muchas gracias!—agarré el pequeño ramo y al levantar la mirada un poco. Noté que él se había agachado un poco para estar a mi altura. Lo tenía al frente de mí. Su mirada me tenía hipnotizada y agaché la vista de nuevo.

—No te escondas detrás de esto—me sacó la gorra color roja que llevaba y mire hacia abajo apenada.—Esconde un rasgo llamativo de ti, no lo ocultes—dejó la gorra allí en la mesada y tomó su café en manos.—Bueno, se me hace tarde, hasta luego Jane—se dió la vuelta y me sonrió.

Unos días después,  las pláticas que teníamos en mi trabajo no eran suficientes, de hecho él me invitó a salir, y no una vez, si no, varias veces. Al principio le rechazaba diciendo que x día seguía trabajando, sólo para ponerlo a prueba a ver si era ambicioso. Hasta que un día le acepte la salida y me llevó a un lugar precioso. Luego hemos salido más veces, pero en ninguna ha pasado lo más íntimo que es el sexo.

Relatos Eróticos (+18)Όπου ζουν οι ιστορίες. Ανακάλυψε τώρα