- ̗̀❏ ::07. Trying to remember how it feels to have a heartbeat

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—Perdón, perdón, perdón —repitió para nadie en la habitación, sentía que se estaba ahogando, las palabras parecían arremolinarse en su interior todas intentando salir al mismo tiempo —, no sé qué paso.

Puso ambas manos en sus mejillas, boqueó intentando respirar con normalidad. La habitación de pronto se volvió enorme y fría, era un sueño, ¿verdad?

Tenía que serlo, por favor que lo fuera. 

 

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Resulta curioso cómo funciona el ser humano, cuando alguien está triste por lo general busca consuelo en los brazos de alguien de confianza, cuando el enojo domina suelen gritar y enfurecerse contra el mundo, pero cuando están perdidos como Yuki se siente en esos momentos, no hay consuelo alguno, no existen palabras de aliento, nada tiene el sentido suficiente que lo ayude a aferrarse a una esperanza que no existe.

Singapur se sentía asfixiante, se había negado a salir de su habitación el día que la noticia estalló, pero ahora lo habían obligado a salir y enfrentarse al mundo porque tenía que hablar con su equipo, dar declaraciones, aceptar las consecuencias de haber fallado al protegerse a sí mismo.

Su omega sollozaba cada cierto tiempo de forma lastimera, disculpándose por algo que en realidad no era su culpa.

Michael estaba a su lado en aquella enorme sala de juntas, desde que salieron del hotel, el beta se pegó a él como si de una garrapata se tratara, negándose a quitarle la mirada de encima. Había intentado abordar el tema, pero Yuki no lo dejó, alegando que estaba demasiado cansado como para pensar en algo que no fuera la posible reprimenda que le esperaba por parte del equipo, de los comisarios... ¿Cómo se sentirían los otros pilotos con la nueva información ahora que ya habían tenido tiempo de procesar lo revelado?

¿Se sentirían asqueados? ¿Le tendrían lástima? ¿Exigirían que se toman medidas en contra de él por aquella falta tan grave?

—Basta —la mano de Michael trazó pequeños círculos reconfortantes en su espalda. Yuki sintió sus ojos picar una vez más —, no dejes que tu mente te gane.

—Es fácil decirlo cuando tu trabajo no va a ser cuestionado —su tono fue más hostil de lo que le hubiera gustado. Se mordió el labio con frustración —. Lo siento...

—No te disculpes, me gusta que te sientas cómodo para desquitarte conmigo. Está bien.

No, no estaba bien. Nada lo estaba. ¿Es que acaso no veía la gravedad del asunto?

Franz entró a la sala acompañado de algunos miembros del bufete de abogados y los jefes de relaciones públicas. Yuki sintió que su corazón se detenía por algunos momentos, era el día de prensa por lo que sabía que todos los medios intentarían sacar provecho de la situación, buscarían la forma de llevarlo al límite hasta que estallara contra ellos y así poder hacer más notas amarillistas; ya había gente en internet diciendo que su mal carácter se debía a que es un omega y que por eso no debería tener su lugar en el equipo.

The heavens and the embersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora