8: Bésalo

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A medida que pasaban los días, el deseo se volvía más y más fuerte, pero también incómodo

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A medida que pasaban los días, el deseo se volvía más y más fuerte, pero también incómodo. Sabían que debían concentrarse en su objetivo y en el peligro que los rodeaba, mas había momentos en que incluso la presencia de la reina no era suficiente para mantenerse tranquilos.

Una tarde, Leira tomó algunas cosas y se puso a canturrear mientras los dos muchachos intentaban avanzar con sus estudios. —En el vasto mar de sueños,
donde lo fantástico florece,
se esconde una leyenda antigua,
que los corazones enloquece.

Las sirenas nadan en los mares,
bailan con la brisa y el sol,
pero solo en la noche estrellada,
buscan su amor con pasión.

Los besos de las sirenas son mágicos,
conceden deseos en un instante,
cuando encuentran a su verdadero amor,
sus labios se funden por el romance.

La canción llamó la atención de Ikkena y Song, y como si además de escuchar con los oídos, también lo hicieran con los ojos, miraron a la reina mientras ella metía las cosas en la lancha y la empujaba fuera del escondite, sin parar de cantar: — Una vez que el destino decida
unir sus caminos con fervor,
sus labios se tocarán tiernamente,
y cumplirán un deseo mayor.

Dicen que al primer beso de sirena,
un deseo se vuelve realidad,
los corazones se entrelazan eternamente,
y florece un amor sin igual.

En los abrazos de espuma del mar,
se forja un lazo imborrable,
poesía vive en sus sonrisas,
juntos encienden una chispa inquebrantable.

Así vive la leyenda de los besos,
en los corazones que laten al compás,
donde las sirenas encuentran su anhelo,
y el amor se manifiesta en paz.

Leira terminó su canto y miró a los dos chicos: —Iré a pescar, ya no tenemos comida suficiente. Volveré al anochecer — y sin más preámbulo, se fue con el bote rumbo al mar.

Song e Ikkena se quedaron desconcertados, y se miraron uno al otro.
El ambiente estaba lleno de tensión, cada uno sintiendo el deseo latente que los consumía. Song fue el primero en romper el silencio.

—Ikkena, ¿qué crees que quiso decir mi mamá con esa canción sobre los besos de sirena? —preguntó Song con voz temblorosa.

Ikkena lo miró fijamente, sus ojos llenos de anhelo. Lentamente se acercó a Song, tomando su rostro entre sus manos. —Song... Las historias que las sirenas cantan siempre son ciertas. Creo que la reina nos está diciendo que debemos dejarnos llevar por nuestros sentimientos.

El tritón dudó por un momento: —¿Y qué deseo debo pedir? Tengo tantos por pedir que no sé cuál elegir.

—Entonces no lo pienses mucho, simplemente pide lo que sientas en ese momento —aconsejó el bibliotecario.

El hijo de la sirenaTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang