Ozami

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¿Que crees? ¡Shoto Todoroki siempre tuvo razón!

Al menos aquí la tuvo.

..

''Él podría estar aquí y castigarnos'', comentó nervioso Kotaro mirando los tibios alrededores. ''Ozami, vámonos de una vez''.

''¡Silencio, me desconcentras!'', contestó Ozami. El chico rubio buscaba en la computadora una referencia para la prueba de examen. Sus manos volvieron a desplazarse. ''¿Crees que él vigilaría una escuela cómo está? Tiene prohibido tomar peculiaridades''.

''Oh, ¡eso sí lo tienes claro!''

Ozami lo miró cortamente. Le pareció oír 'como tu no tienes peculiaridad, no puedes perderla'. La voz mental de Ozami le respondió 'y tu peculiaridad no le interesa'. Simples verdades.

Al Símbolo de Japón, héroe de profesión, hijo del anterior Símbolo, no tomaría la peculiaridad de 'conversación mental'. No podría servirle, Kotaro lo sabía. Desde muy pequeño muchos le habían hecho entender: 'Una evolución innecesaria, tenemos lengua para charlar unos con otros. Con un mudo podría ser útil, pero el heroísmo, jamás'. Tampoco podría tomar lo vacío. Más sí llenarlo. Esa era la esperanza de Ozami desde que leyó el artículo que proyectaba desde su teléfono. Lastimosamente para él y como otros como él, el Justiciero no podía hacerlo. La ley estaba ahí.

Mientras que las letras se deslizaban hacia arriba, por los ojos azules de Ozami, el niño Kotaro empezaba a soñar cómo hubiese sido su vida sí habría nacido con 'La peculiaridad de Oro'. Aunque, cuando le alcanzó la memoria las palabras: 'All for One', sintió el estómago presionarse. Parte del contrato de héroes y villanos es hallarse, pelearse y determinar quién se ha de irse.

Ozami percibió la tensión que empezó acumular Kotaro. Al volver la mirada lo halló agitando la cabeza. El miedo de Kotaro había activado una memoria que lo dejaba intranquilo. No haber futuro. Ozami no sabía que sería de su vida siendo un 'sin peculiar'. Su pecho se le estrujó. A veces olvidaba que eso era y así sería siempre. Se sintió tentado de llorar, en el majestuoso nuevo mundo era de los pocos que no habían sido bendecidos. Pobre criatura. Viva y no viva.

Ozami miró nuevamente a Kotaro porque le pareció oír que lo llamaban. El niño de cabello negro señaló temeroso con un dedo, las pupilas de los ojos azules de Ozami se dilataron cuando reconoció la silueta que se iba aclarando. Cabello y ojos verdes. Brillantes y feroces ojos verdes.

Kotaro se espantó casi sin ruido. Dentro de la cabeza de Ozami se repetía a gritos: '¡El primer héroe! ¡Símbolo de Guerra! ¡Juez! ¡Justiciero! ¡Midoriya Izuku!'

Ozami no sabe cómo es que se levantó del asiento y se situó delante de Kotaro. Ozami miró directamente los ojos del joven que se acercaba. Eran ojos grandes y verdes medio azulados, de su pupila negra se extendía líneas vidriosas, aquella afloración significaba la manifestación de la peculiaridad de Oro. Todo se tensaba. Kotaro sintió que algo le quitaba el aliento. Desde los ojos azules de Ozami se veían los dedos extendidos del héroe. La mano se retiró y se escuchó una voz amable y madura.

''Niños, ¿qué hacen en una oficina?''

Ozami vió cómo la cara del héroe se iluminó de una delgada sonrisa. Kotaro asomó tímidamente y de un salto, la cabeza en el hombro de su amigo. Kotaro halló un par de ojos verdes tibios de alegría que justamente giraron, viendo el lugar. Entonces ambos niños pudieron darse la libertad de admirar el traje que poseía. Se veía brillante el oscuro verde. La ventana que habían dejado abierta dejó a un viento violento agitar la capa con un sonido crudo de descuartizar ferozmente la ropa seca y pesada.

Negra cómo el carbón, y de vista gruesa y suave. Aquel manto significaba mucho.

Ozami tartamudeó. Kotaro se sumergió cuando Ozami intentó llamar al héroe y había logrado llamar su atención. Ozami escuchó un '¡Idiota! ¡Lo traes para acá!'

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⏰ Última actualización: Jan 05 ⏰

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