No tenía expresión, mantenía la mirada fija en aquella letra de su madre. Se preguntaba cómo era posible que todo eso pasara y él jamás se entero de nada. Estaba molesto con su madre, con su padre.

—Sigue leyendo —le dijo Black.

—Esa es toda la carta. No firmo por lo visto. Aquí hay otra para ti.

—Léela —dijo en tono elevado.

Espero que lo acobijes como yo lo hice contigo y no pierdan el contacto. Black, no cometas el error que yo cometí. Se fuerte como te enseñe, no llores por mí, ya yo hice mucho por ti y yo deseo que vivas tranquilo, no tomes decisiones impulsivas y vive día a día.

Sam, cuida a mi bebe por mi y hazlo razonar. No lo abandones jamás y convéncelo en buscar a su hermano. Le das a Lee las cartas que dicen su nombre.

Te amo muchísimo, Black. Eres y serás la luz que ilumina mi vida. No llores y se fuerte.

Tu madre.

—Demasiada información —comentó Sam guardando las cartas y colocándolas en el orden en el que estaban.

**

Los días siguientes se dedico a buscar información sobre Vinz Lee. No era fácil hallar al muchacho, porque había millones de personas que tenían el mismo nombre. Poco a poco fue dándole clic al perfil de cada uno de ellos. Ya de madrugada no podía seguir, y se acostó a dormir.

Black no quería hablar del tema, pero Sam insistía en que debía buscarlo como sea, porque así podía encontrar una luz en el camino. Luego de discutir por tonterías, Sam dejo que se molestara y continúo con la investigación. Conocía personas que podían ayudarlo y lamentablemente no poseía algo de valor o un elemento valedero para llevarlo a la policía, la carta la podía haber escrito cualquiera y nadie estaba convencido de eso.

Después de haber hecho la rutina de ejercicios antes de bailar, se metió de nuevo en Facebook, una persona le había dado "me gusta" a su video musical. Vio el nombre y era una chica "Haimi" de la que acepto meses atrás. Le dio clic y apareció la foto de perfil, un chico japonés, cabello negro, idéntico a Black. Empezó a buscar la información personal y aparecía un número, pero no estaba seguro si era ese, ya que usualmente la gente no colocaba ese tipo de detalles en una red social. Esperanzado anotó el número y llamo enseguida con los nervios a flor de piel.

—Hola, soy Samuel. Me tome el atrevimiento de contactarte, porque al parecer tu novio es igual a mi amigo.

—No te entiendo.

—Creo que tu novio es gemelo de mi mejor amigo.

— ¡Vaya! ¿Estás seguro?

—No lo sé.

—Nos podemos encontrar en el centro comercial.

—Un momento, ¿de dónde eres?

—No tengo un hogar en específico. Nos podemos ver en el centro comercial 2001.

—Eres de la misma ciudad que yo. ¡Está bien! A las dos en punto el domingo.

—Okey. Solo espero que no hayamos cometido un error. Suerte.

El domingo arrastró a Black hasta el auto sin decirle a donde iban. Mordía su labio y se le notaba el nerviosismo al llegar al centro comercial. Bajaron y se tomaron de la mano, aunque Black estaba entumecido y sin expresión facial, tener la mano de Sam lo aliviaba un poco de la tensión.

— ¿Para que estamos aquí? —dijo al fin Black.

—Voy a comprar un libro —contestó Sam.

—Jamás lees.

Black & Sam © (BORRADOR)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora