Prólogo

97 12 1
                                    


Una sensación acogedora envolvió todo mi cuerpo. La ropa de cama estaba a una temperatura cálida, tanto, que se sentía bien cada vez que rozaba mi piel. A medida que la luz brillante del amanecer penetró en mis párpados, hizo que no quisiera moverme por la calidez que rodeaba mi cuerpo, así que tiré de mi manta y me tapé la cara. Diez minutos... no, quería quedarme tumbado aquí por unos cinco minutos más. Esto deshizo el cansancio de todo mi cuerpo.

Pero... un minuto. ¿Luz brillante por la mañana?

—Jaeyul, ¡Seon Jaeyul!

Me espabilé. Me di cuenta de que me quedé dormido. Ignoré el reloj que tenía al lado, en cambio, ví la luz de la mañana que ingresaba por la ventana. Decidí comprobar la hora y como se esperaba, era muy tarde.

—¡Jaeyul, despiértate!

No hubo respuesta a pesar de mis gritos. Empujé la sábana a un lado, cuando no tuve más remedio que levantarme de la cama. Entré en una habitación y ví a un niño durmiendo con una pierna fuera de su cobija y a un cachorro acostado sobre su estómago. A diferencia de mi que apenas acababa de levantarme, este seguía siendo un lugar perfecto para seguir durmiendo. Sin embargo, tuve que despertar al niño.

—!Vamos, levántate rápido, ya es muy tarde!

—...

Levanté a Jaeyul quien ni siquiera podía abrir bien los ojos, rodeé sus brazos en mi cuello y lo abracé. Fue un saludo matutino muy normal a nuestra manera, esto era una acción común para los niños ya que no era fácil despertarlo porque dormía mucho por las mañanas. Hoy no tuve mucho tiempo para mimarlo, así que entré al baño sosteniéndolo. Mientras tanto, Jaeyul aferrado como un koala, enterró su cara en mi hombro.

—Es tarde. Si vuelves a llegar tarde al colegio la profesora te regañará.

¿Tal vez ya me había acostumbrado a esto? Con Jaeyul en mis brazos, apreté hábilmente la pasta de diente en un cepillo de niño con forma de osito.

—Di "Ah"

—Ah... ah...

Puse el cepillo de dientes en una pequeña boca que apenas podía permanecer abierta. Mientras Jaeyul se lavaba los dientes, abrí la llave del fregadero y me eché agua y rápidamente me quité el sueño de manera brusca. No podía evitarlo, si se alistaba rápido podría llegar a la escuela al final de la primera hora.

—Date prisa y lávate en 5 minutos. Son suficientes, ¿verdad?

—Diez minutos...

—Siete minutos.

Dejé a Jaeyul en el baño para que pudiera bañarse. Él era rápido así que no creí que tardara mucho.

Siete minutos... era mucho tiempo. Apresuradamente dibujé en mi cabeza la mejor ruta para llegar rápido y me puse en marcha enseguida.

Mientras Jaeyul se bañaba, metí en el microondas un bocadillo que había comprado la noche anterior, lavé rápidamente una manzana y la corté de un tamaño adecuado, luego acomodé todo en una lonchera. Por muy apurado que estuviera, no podía saltarme el desayuno de mi pequeño. Le diré que se lo coma durante el recreo.

Después de preparar el desayuno de Jaeyul, me detuve para elegir la ropa que tenía que ponerse. Esto era lo que se puso ayer y no podía volver a usarlo ya que le quedaba pequeño. Y hoy hacía demasiado frío ¿Había alguna otra prenda para que pudiera ponerse? ¿Por qué los niños crecían tan rápido? Crecían incluso si dejabas de verlos un momento. Tendría que comprar ropa nueva.

Estoy tratando de resucitar al villano que me matóWhere stories live. Discover now