V E I N T I T R É S.

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(Siren—Filip Lackovic)

El día siguiente a aquel fue bastante tranquilo, revisamos el rumbo y comprobamos que todo estaba en orden. Luego nos sentamos para cenar y dormir todos juntos en círculo mientras charlábamos animadamente.

Debí suponer que eso era una señal de problemas, las cosas nunca iban tan bien durante demasiado tiempo seguido.

Cuando nos despertamos al día siguiente una extraña neblina rodeaba el barco por completo, pero no parecía haber nada extraño en el mar así que seguimos navegando con total tranquilidad.

Fue un error no darnos cuenta de lo que estaba pasando.

Habíamos terminado de comer y descansar cuando empezó todo.

Unas voces femeninas, melodiosas y suaves empezaron a inundar el ambiente con la melodía de una canción.

Me apresuré a coger el catalejo que había en el barco y miré a lo lejos, a nuestro alrededor. No parecía haber nada extraño, aunque era un poco complicado ver con toda la niebla que había.

Fue entonces cuando vi unos ojos amarillos, brillantes, mirándonos desde el agua.

Me giré hacia Connor rápido.

—Connor, Garret y Frank, esconderos en el interior del barco. Deprisa.

No entendieron a que venía mi petición, pero no dudaron en acatarla y esconderse rápidamente.

Agnes me miraba de forma confusa hasta que con una simple palabra le expliqué la situación a la que nos estábamos enfrentando.

—Sirenas.

—¡Pensaba que se habían extinguido! —gritó Vic, acercándose a mí.

—Eso pensaba yo también. Habían rumores de que seguían existiendo algunas, pero no me los creí. Las sirenas solo afectan a los hombres, nosotras podemos pelear —anuncié.

—A eso lo llamo yo poder femenino —dijo Agnes con una sonrisita.

—Yo puedo intentar algo, al fin y al cabo, el hielo es solo agua congelada.

Dimos un paso atrás y dejamos a Vicky adelantarse hacia la proa del barco. Cerró los ojos un momento para concentrarse y extendió sus manos hacia delante. Cuando volvió a abrir los ojos eran de un color azul transparente, como el hielo.

Eran los mismos ojos que le habíamos visto a su madre en las montañas del norte.

Agnes y yo vimos sorprendidas como el agua giraba alrededor de una sirena y se convertía en hielo, congelándola al instante y mandándola de vuelta a las profundidades marinas.

—No sabía que pudieras hacer eso —dijo Agnes mientras se acercaba a su novia para plantarle un beso en los labios con orgullo.

—Yo tampoco —admitió Vic con una risita.

Pero no teníamos tiempo para detenernos a charlar más. Todavía quedaban algunas sirenas, rodeando nuestro barco.

Saqué un pequeño cuchillo de mi bota y lo lancé con mi mano, clavándoselo a una de ellas justo en la cabeza y matándola al instante.

Agnes empezó a murmurar un hechizo de tortura para una de ellas, matándola.

Quedaban tres.

—¿A la vez? —Les pregunté.

—A la vez —respondieron juntas.

Agnes lanzó otro hechizo de tortura a una de ellas mientras que Vicky congelaba a otra y yo lanzaba otro cuchillo a la última, matándolas a la vez.

Call me Desstiny.Where stories live. Discover now