Capítulo 12.

70 5 1
                                    

Son mi familia

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Son mi familia.

"Soñamos para tener esperanza. Dejar de soñar, bueno, eso es como decir que no se puede cambiar el destino." ~Amy Tan

Muchas veces cuando menos lo creemos la vida nos sorprende y nos hace ver que en realidad suele ser buena, aunque hay momentos en donde nosotros creemos que la desesperanza y el dolor se han apropiado de nuestra vida, pero en realidad la vida y el destino siempre están a nuestro favor, al igual que el universo que se encarga de alinear las estrellas para darnos momentos que recordaremos durante el resto de nuestra existencia.

Nunca había creído en el felices para siempre, siendo sincera para mí eso no podía existir porque simplemente para tener un final feliz debes tener un príncipe azul y una vida en la que no pase absolutamente nada malo o no se podía llegar a eso que los cuentos de hadas describían como un final feliz. Pero me había dado cuenta de que no se necesitaba gran cosa para ello, con el simple hecho de recibir el mismo amor que das a todas las personas que tienes a tu alrededor, o del tomar la mano de la persona que amas incluso en los momentos difíciles, es suficiente para saber que está cerca un final feliz.

La vida me había puesto cientos de pruebas en las que ni siquiera yo era capaz de saber cómo podía sobrevivir a ellas, primero me había arrebatado mi libertad cuando me habían secuestrado por primera vez, esa vez en la que yo sentía que mi dignidad se había ido a la basura por el simple hecho de que había sido ultrajada y dejada como una masita, pisoteada y dañada. Pero me había dado cuenta a la vez de que era más fuerte de lo que yo misma creía, por eso había logrado levantarme y llegar a ser la mejor soldado de mi ejército; pero ese hecho también me había llevado a conocer a mi segundo secuestrador, al segundo bastardo que más me había hecho daño, Magnus Schiavone, ese bastardo que me había arrebatado 2 años de mi vida y 6 meses en un maldito centro de rehabilitación, me había arrebatado toda la oportunidad de tener una vida feliz.

Pero de la misma forma que la primera vez, sólo había logrado fortalecerme y regresar para guiar a mi ejército contra ese bastardo, por desgracia la traición de alguien que amaba nos había hecho caer de una forma tan estrepitosa, que era imposible que nos pusiéramos de pie por nosotros mismos. También me habían arrebatado a las personas que más amaba, o más bien nos habían arrebatado 2 años sin poder vernos o tenernos cerca.

Sin embargo a pesar de que sentía que había llegado a su fin en el momento que había creído que ellos estaban muertos, tenía que volverme a poner de pie, no podía dejarme caer considerando que tenía una vida que cuidar, la vida de mi pequeño hijo que a pesar de no haber sido concebido por mí, tenía mi sangre y todo mi amor estaba con él.

No me importaba si tenía que destruir el mundo para proteger a mi pequeño o si tenía que hacer una guerra para mantenerlo a salvo. Me había prometido que nada era suficiente para cuidarlo, no importaba los medios o todo lo que tuviera que hacer para protegerlo, me aseguraría de hacerlo aunque mi vida dependiese de ello.

Sólo tú. Mi dulce salvación.©Where stories live. Discover now