El Emperador

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"Por medio de este presente, advierto de mi llegada con motivos indistintos, así mismo, no oponga resistencia a mis palabras, una vez dicho esto, planeo conocer a la menor de sus hijas sin ninguna objeción."


Nereo como cualquier padre prevenía cualquier trato a sus hijas desde hace muchísimo tiempo, algunas de ellas se encuentran casadas, pero nunca descuidan sus deberes como buenas nereidas. el otro por ciento de ellas les gusta la vida clandestina. Pero esta vez, debía proteger a todas, exclusivamente a la mas pequeña, de un dios que el consideraba en extremo, cauteloso.

─ Padre, no has querido decir palabra alguna desde la cena de ayer, que sucede?- preguntó Anfitrite, sentándose en una silla frente al escritorio del despacho de nereo. ─Padre por favor, necesito saber que pasa.

Nereo estaba en silencio, las palabras no podían salir de su boca por la angustia, no pegó ojo en toda la noche y dicho esto, solo le paso el papel del aviso a su hija para que ella comprendiera la situación tan delicada.

─ Tiene que ser una broma padre, yo no debo ser el motivo..

─ Trite..trite..esta vez yo no puedo ignorar sus órdenes, eso me aterra.

─ Pero porqué tengo que ser yo..por que no mis hermanas.- se levantó de la silla arrugando el papel del aviso. ─ Yo no lo quiero..

─ Yo tampoco quiero que seas tú, pero de todas tus hermanas, tu eres quien posee el don de controlar las olas, y todas las criaturas que en el oceano habitan.-el suspiro pesado de intranquilidad, dejaba a la joven nereida más disgustada. ─ Viene a conocerte, más no veo otros planes.

─ Que te asegura que no sere otra "amante"..primero tetis y luego medusa, acaso creen que es muy facil llamar la atención de ese tirano?

─ Antes que nada Trite, lo conociste alguna vez..o porqué necesariamente quiere verte a ti.?

La joven se quedo en silencio, urgando en sus recuerdos alguna proximidad que haya tenido con el tirano de los mares. Ella sabia que no existía dicha información, o si bien, no queria contar.

⏤͟͟͞͞ ◈Flashback

Era apenas un dia en el que ella caminaba por la costa, una jovencita llena de curiosidad que acató las ordenes de su padre, manteniendose a kilometros del castillo del nuevo gobernante de los mares, que ocultaba su padre y porqué la queria lejos de ahi.

Creyó que su padre era celoso, que no permitiria que su más pequeño tesoro fuese visto, despues de todo, ella fue la unica que heredó el don de su padre, no diria lo mismo de sus hermanas mayores, excelentes nadadoras, cantantes y danzantes. Anfitrite aprendió de todas lo más basico que caracterizaba a las nereidas, más su don, eso la hacia aun más valiosa.

Espero paciente por un par de horas, siendo dominada por la curiosidad de controlar las olas un momento, sus brazos se movian en cada pensamiento que ella tenia idealizado, eso haciendo que las olas se levantaran, cayeran bruscamente o de forma pacifica, hacia arcos con el cuerpo liquido, puentes grandes, figuras y por ultimo abrió las aguas sin pensarlo, algo que le maravillo conociendo su capacidad.Se le ocurrió una idea, la que probablemente podria servirle, usar su canto para controlar las aguas, era una probabilidad de fracaso; las olas bajaron su intensidad, siendo suaves, serenas, arrastrando la arena de sus pies, se dispuso a caminar mientras entonaba la melodía que ella misma habia creado, sin saber que habia logrado llamar la atención de un joven de rubios cabellos.

─ Cantas bien. -dijo en seco, alarmando a la joven que pensaba en como responder.

Quería ignorarlo, pero sería el primer humano que veía o quizá un Dios.

𝑻𝒉𝒆 𝑻𝒚𝒓𝒂𝒏𝒕'𝒔 𝑾𝒊𝒇𝒆 || 𝐑𝐞𝐜𝐨𝐫𝐝 𝐎𝐟 𝐑𝐚𝐠𝐧𝐚𝐫𝐨𝐤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora