13 | Little purple box

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—Si no es tanta molestía, ¿se podría saber de quién mandó pedido?

—El individio pidió que mantuviera en anonimato, lo siento.

Solté un "bueh", para luego confirmarle la ubicación al chico que agradeció que le respondiera ya que no podían contactarme desde ayer a lo que apenadamente, mentí que estaba enferma y no podía contestar el teléfono.

Como les dije, nunca dejo de pasar pena.

Cambié mis shorts de vaga a un pantalón chandal azul que combinara con el suéter negro de mi hermano, arreglé mi cabello en una cola alta y me puse mis lentes de leer para disimular mis ojeras. Tomé una bocanada de aire para tener valentía y fuerza moral mientras el ascensor me llevaba a planta baja; pensaba, ¿qué me habían traído? Yo ni siquiera había hecho pedidos de algún producto para mi sala y menos, algún regalo para alguien. Si tenía que hacerlo, solo era Perse y podía hablar con Catalina que me ayudara en ello, ya que faltaba muy poco para su cumpleaños.

Las puertas metálicas se abrieron frente de mi, notando a un chico con uniforme que terminaba de hablar con vigilante, voltearon a verme y tragué grueso al ver la caja mediana en los brazos del chico.

—Soy yo, Abril—le sonreí apenada cuandl llegué a él y él me dió una sonrisa amable, pasandome la caja y luego la tablilla donde debía firmar.

Me impresioné un poco que no tenía que pagar nada, a lo que agradecí que se tomara la molestia de traermelo y me regresé a mi apartamento con cierta ansiedad de abrirlo.

La caja era bonita, con su color morado claro y arreglada, con un lazo blanco que me recordaba a ese accesorio que utilizaba en mi cabello cuando jugaba en las nacionales. Me colocaba un lazo de cinta blanca en mi moño para darme cierto tipo de estilo y me gustaba.

Me apresuré de llegar a mi casa y no importarme de que tiré la puerta, ya que al fin y al cabo estos apartamento eran de 3 apartamentos, solo habitabamos Shohei y yo.

Mis facciones cambiaron apenada al recordar de nuevo el suceso con el japones y de verdad, me quería disculpar con él, pero no sabía si hacerlo o no, ya que tenía la contraparte de explicarle mi lindo pasado que no era una fascinante historia para contarle a quien te está gustando. DIGO.

Jamás leyeron eso.

Desaté el nudo con cuidado, y dudé por unos segundos si abrir la caja o no. Porque claro, en este país todos tienen un tornillo suelto y puedo esperarme lo peor, pero al mismo tiempo, tenía cierta curiosidad de saber que había, y quien era que lo hizo, porque no todos los días a mi me mandan una cajita tan bonita como esta.

Ay ya Abril, abre la caja y ya.

Ya voy, intensa.

Subí suavemente la tapa y cuando ya faltaba poco de ver su contenido, una llamada interrumpió mi cometido a lo que vi con furia la pantalla que iluminaba el nombre de "Patrick". Ese coñoemadre no se cansa de verdad.

—¿Qué coño quieres?—contesté de una educada forma y escuché una risa del pelirrojo.

—Me encanta escuchar tu voz, ¿sabías?

Patrick, al punto.

—Te extraño—dijo asi todo mariquito, a lo que rodé los ojos mientras una sonrisa surgía de mis labios. Yo también extrañaba a ese pelirrojo ladilla, pero si le digo eso se le sube el ego—Y sé que tú también a mi.

—Te voy a comprar una almohada en el Walmart, para que sigas soñando—repliqué, colocándolo en altavoz, mientras volvía a mi trabajo de abrir la caja—Ahora, ¿qué quieres?

Lost In Traslation || Shohei Ohtani ©Where stories live. Discover now