Capituló:6 Slughorn class

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Slughorn class



Si me preguntan qué clase me da pereza, mil veces les diría pociones. La voz de Slughorn me da sueño y Mattheo, el hermano de Tom, el cual es mi compañero de mesa, jamás habla a menos que sea necesario.

—Valentine — por fin me habló.

— ¿Sí? —pregunté mirándole curiosa, él no está de tomar la iniciativa para hablarme.

— ¿Quieres estudiar conmigo y mis amigos hoy? Seré franco, le pareces linda a Nott, quiere pedirte una cita, quizá. — Parpadeé un par de segundos.

A THEODORE... ¡Ay, MERLIN! AGÁRRENME, QUE ME DESMAYO.

—Eh, pero no lo conozco —me hice la loca. Claro que sé quién es Theodore y de sobra.

—Lo sé, pero le pareces linda y quiere conocerte un poco más. Baja a la sala común a las 8:00. Estaremos ahí —me miró fijamente.

—Bueno, vale —le dije encogiéndome de hombros y volviendo a leer el libro que tenía arriba de mi libro de pociones, realmente detestaba esta clase.

—Señorita Grindelwald, veo que está muy entretenida con el libro de pociones. ¿Cuál de ellas le genera tanto interés? — Ninguna, si supiera que estoy leyendo un libro donde a una maga la besan hasta la punta de los pies, no estaría de preguntón.

—La amortenia. Me parecen curiosos sus efectos al ingerirla y al olerla y el que sepa quién nos gusta sin nosotros saberlo — dije lo primero que se me vino a la mente y Slughorn asintió.

—Podría quedarse después de clases y con gusto se lo explicó.

Oh, mierda no, después de clases voy a dormir porque luego me toca herbología y el profesor Muellin nos va a poner a escarbar tierra como topos. El idiota de Mattheo me estaba mirando con burla porque había ojeado mi libro varias veces.

—Oh, discúlpeme, profesor Slughorn. Hoy Mattheo y yo íbamos al lago negro a estudiar para la prueba de runas antiguas, en verdad necesita ayuda. —Le di la mejor mirada de niña buena que pude, y Mattheo rodó los ojos. Fred me miró con desconcierto desde el fondo de la clase, al igual que el trío de oro.

—No se preocupe, señorita Grindelwald, será en otra ocasión — simplemente asentí.

—Mattheo Riddle eres un burlón —golpeé suavemente su brazo en un tono bromista. Alzó una de las comisuras de sus labios —si de verdad necesitas ayuda en alguna materia, puedes decirme. Sé que te ascendieron de clase, pero algunas cosas te pueden dificultar —le comenté con algo de burla.

—Gracias, Grindelwald —me dijo y seguimos vertiendo cosas en el caldero. Igualmente, nuestra poción estaba de asco, así que no estábamos prestando atención a lo que hacíamos.

Al salir de la clase, Fred me estaba esperando junto al trío de oro, al verme llegar simplemente se fueron dejándome a solas con Freddie.

—¿Eres amiga del idiota de riddle? - Reclamo tomando mi maleta y pasando un brazo por mis hombros. Muchas chicas me dieron miradas confundidas.

—No me cae mal — me miraba con el ceño fruncido—. Mattheo me agradaba, aunque fuera muy... El, supongo.

—No te quiero cerca de él, es un supremacista de sangre, un cobarde y un niño de mami y papi, no deberías juntarte con él, no es bueno para ti y no me agrada —me paró de caminar y arregló los mechones rebeldes de cabello que caían por mi cara.

— Jamás lo he visto, ni siquiera molestando a los sangre sucia. Él es más bien callado— Fred hizo una mueca de desagrado hacia la palabra, no me di cuenta hasta después que la dije —Disculpa — él asintió.

—Solo somos los dos, no importa, solo no la digas frente a Hermione o Harry, podrías hacerlos enojar y no quiero eso —le sonreí mostrándole mis hoyuelos.

—Eres un buen amigo, Freddie —le pasé cariñosamente una mano por su espalda.

—¿Quieres quedarte hoy con nosotros en Griffindor? Le caes bien a Hermione y Ginny está dispuesta a conocerte — se arregló el cabello y, como la fangirl que soy, quedé embobada.

—¿Ah? —pregunté distraída.

—Que quiero que vengas a Griffindor hoy, mis amigas quieren conocerte y le caíste bien a Hermione —dijo y yo le sonreí a modo de disculpa.

—Hoy, Mattheo me invitó a estudiar con los otros de mi casa, ¿no hay problema, cierto? Es qué...—interrumpió.

—Puedes cancelarle, es Mattheo, tus amigos somos nosotros —levantó la ceja de manera inquisitiva.

— Se lo prometí, Fred, no está bien cancelar planes a última hora, es descortés.

—Iré a buscarte a las diez, Flich no se dará de cuenta — dijo antes de desaparecer corriendo hacia su próxima clase.

—Sí, gracias por preguntarme si quería ir — dije al aire rodando los ojos.




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Holi preciosas y preciosos, partí este capítulo en dos porque era muy largo, recuerden votar y comentar en apoyo a la historia:)

Absurdamente mía (rd experience)Where stories live. Discover now