Capítulo 5: Fred Weasley

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Fred Weasley





Y ha pasado casi un mes desde que llegue y es increíble.

¡The lunatic is in the haaaall, the lunatics are in my hall the paper holds their folded faces to the floor, AND EVERY DAAAAY! the paperboy brings moooore!!

—¡GRINDELWALD CÁLLATE! —me gritó Pansy desde la habitación arrojando algo de vidrio a la puerta del baño. Eran las 6:00 a. m. y como siempre acostumbré a entrenar desde temprano, decidí ir a correr por los alrededores del castillo.

— Ay, envidiosa, ya quisieras mis dotes artísticas —me dije a la malhumorada Pansy meneando mi cabello de manera presumida en broma.

— Dotes de carnicera serán, porque se escuchaba como si degollaras sirenas y estuviesen suplicando por su vida — la ignoré y seguí arreglando mi coleta mientras cantaba la nueva canción de Pink Floyd.

— and if your head explodes with dark forebodings too, I'll see you on the dark side of the mooooon! — seguí cantando animadamente, a lo que Pansy se puso una almohada en la cabeza.

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Desayuné y luego salí al patio a correr. Me encontré con un Fred tirado en el suelo, completamente sudado.

—¿Buenos días? —me dije con una sonrisa confundida, a lo que él me señaló a un chico de cabello castaño que supuestamente era Diggory.

—Asesino— dijo al castaño y este rodó los ojos.

— Fred, solamente te hice hacer 40 pechadas, no te quejes. — Me reí y ayudé a Fred a levantarse.

— ¿Quieres agua? —pregunté.

—Dios Grindelwald, te amo —dijo mientras le tendía mi botella de agua. Unos segundos después de recuperarse, habló.

— Primero: este es Cedric, Cedric, esta es Valentine. Segundo: ¿qué haces despierta a esta hora? —dijo Fred, a lo que yo le sonreí a Cedric y lo volví a mirar.

- Estaba entrenando, amo hacer ejercicio en las mañanas, ya es una costumbre - dije amablemente.

Le dejé mi botella de agua a Fred, me despedí de los chicos y salí a correr, regresé casi a las 8:00 a mi sala común y Pansy estaba aún con su cara de mal humor.

- ¡buenos días a mi amiga preciosa! - le dije a pansy plantándole un beso toda sudada en la mejilla, ella soltó un chillido de horror y yo salí corriendo a la habitación entre carcajadas.



Al terminar de cambiarme, bajé las escaleras y fui a la sala común. Pansy estaba ahí, sentada, esperándome, tenía algo en sus manos.

—¿Y bien? —le dije con una sonrisa traviesa.



- Valentine no estoy de humor para juegos hoy - me dijo y asentí, luego me enseño lo que tenía en sus manos

- es polvo de hadas, lo compré el mes pasado en la excursión a honeydukes a la que te quedaste durmiendo - abrió el paquete y me tiré polvos encima, ahora brillaba.

—Vaya, realmente no me lo esperaba — dije sonriéndole, mientras las puntas de mi cabello flotaban—. Me parece que quedaría perfecto para cuando salgas de noche —comenté mientras recostaba mi cabeza en su hombro. Hablamos por horas.



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El día se estaba pasando muy rápido y tenía la sensación de que tenía que hacer algo y lo olvidé. No le di más vueltas al asunto y me acosté en la habitación mientras que me ponía mascarillas faciales.

- Val - me dijo Pansy abriendo la puerta algunas horas después.

- ¿hmm? - pregunté media dormida - ¿no tenías que estar en el caldero chorreante hace tres horas?

Abrí los ojos como platos y empecé a correr por toda la habitación buscando mi ropa, zapatos y maquillaje, Pansy solo se burlaba en silencio de mi descuido y se sentó a leer una revista de moda mágica.

—¿Qué harías sin mí?—exclamó pansy — Val, la mascarilla— se rio.

Dijo haciendo un ademán de que yo tenía algo en la cara, mierda.

Terminé de arreglarme y salí corriendo a la chimenea por polvo flu y al llegar a Hogmades corrí como loca hacia el caldero chorreante, ojalá estuviesen ahí aún, qué vergüenza.

Entré y aún seguían ahí. Al verme, Fred me clavó dagas con la mirada, pero al mirarme mejor, me dio una sonrisa burlesca.

—Lo siento tanto, sé que debía estar aquí hace horas, sé que no es excusa, pero me quedé dormida y luego una amiga me despertó y lo recordé y corrí, pero aun así es tarde, creo que me raspé la rodilla y me robé los polvos flu de Blaise. —dije, mirando mi enrojecida rodilla.



Mire a Fred con una mirada de disculpa. Los otros chicos me miraban con una sonrisa divertida. Fred me hizo voltearme y subió el zíper de mi vestido, no lo había subido del todo y me arregló el cabello con las manos.

—Está bien, linda, me doy cuenta de que hiciste el esfuerzo de venir lo más rápido posible —me dijo con una sonrisa llevándome hacia sus amigos.

—Hola, lamento llegar tan tarde, gracias por esperarme — los miré sonrojada por la vergüenza y Cedric largó una carcajada sonora.

—Está bien, Val, mira, ellos son Harry, Hermione, Ron y mi gemelo George —dijo Fred señalando a sus amigos.

—Un gusto, Valentine Grindelwald — dije amablemente y Hermione hizo una mueca al igual que una chica pelirroja que traía cervezas de mantequilla en las manos.

—No somos sangre pura —dijo Hermione con sorna hacia mí.

—Lo sé —dije simplemente y me senté al lado de Fred.

— ¿No te molesta? —preguntó Harry con algo de inseguridad.

—¿Debería?—pregunté confundida. No entiendo la obsesión de los ingleses por la sangre, en Alemania estaba presente, pero no era algo cotidiano, solo se daba en reuniones de familias supremacistas, no en las escuelas o entre estudiantes directamente.

—Me preocupan los ingleses, tienen tanta obsesión por la sangre que me parecen vampiros —dije con una nota de burla y Fred sonrió.

—¿No eres de por aquí? —preguntó George y negué con la cabeza.

—Francesa, criada en Alemania — dije tomando mi cerveza de mantequilla.

—Entonces hablas inglés, alemán y francés —preguntó George asombrado.

—También algo de latín, me gustan los libros de runas mágicas — dije con simpleza.

Las horas transcurrieron rápidamente y en todo momento sentí esa mirada taladrándome la espalda. Decidí no voltearme y, cuando los chicos decidieron irse, preferí quedarme un rato más. Fred se ofreció a quedarse, pero le dije que se fuera.

—¿Qué mierda haces con esos traidores de sangre?—preguntó Riddle con desdén, sentándose a mi lado en la mesa que antes estuvo ocupada por los Griffindor.

—¿Y a ti qué? —le dije frunciendo el ceño.

—Háblame bien, estoy siendo "educado" — dijo, sentándose frente a mí, poniendo una mano en mi rodilla y mirándome con detenimiento.

—Vaya forma de respeto, idiota— dije, ya irritada por sus órdenes.

—Debería castigarte por hablar tan vulgarmente —me dijo, mirándome de una forma que no pude descifrar.

—Quiero ver que lo intentes —le dije levantándome e ignorándolo mientras caminaba hacia Hogwarts, sus pasos pisándome los talones.

—Créeme, no quieres que lo haga, Vane —riddle respondió más para sí mismo.

Absurdamente mía (rd experience)Where stories live. Discover now