Entrenador Beom ^_^ YeonGyu

011

ㅡ ¿Por qué no?

ㅡ Por que suena demasiado bien cuando tú lo dices, y podría acostumbrarme.

ㅡ No hay problema, puedo repetirlo todos los días.

Yeonjun no aguanta más. Tiene a este chico frente a él, mirándolo a los ojos como si fuera la mejor cosa en el universo, mientras le dice lo precioso que se ve y simplemente no puede más. Así que toma el rostro de Beomgyu entre sus manos y lo acerca para besarlo, para finalmente volver a tener sus labios sobre los suyos.

Es un beso lento, pero que expresa todo lo que Yeonjun no podía decir con palabras. Es un beso tranquilo, pero Yeonjun siente como todo su cuerpo se prende en llamas.

ㅡ Tu también estás precioso ㅡ susurra, pegando su frente con la del pelinegro una vez se han separado ㅡ Increíblemente bonito.

Beomgyu sonríe y coloca sus manos en la cintura de Yeonjun.

ㅡ Estaba tan preocupado, de que te arrepintieras de lo que paso la otra noche. ㅡ Confiesa, a lo que Yeonjun frunce levemente el ceño.

ㅡ No me arrepiento de nada, la otra noche fue increíble. ㅡ Dice con sinceridad mientras acaricia las mejillas de Beomgyu.

ㅡ Ciertamente lo fue, aunque estaba malditamente nervioso porque no quería que pensaras que estoy loco.

ㅡ Oh, definitivamente pienso que estás loco ㅡ Se burla, a lo que Beomgyu rueda los ojos.

ㅡ Ambos lo estamos.

ㅡ Claro señor de los doscientos cupcakes en mitad de la noche. ㅡ Beomgyu abre la boca sorprendido, apretando levemente la cintura de Yeonjun.

ㅡ Yo solo quería ayudar a un bonito chico ㅡ Yeonjun se muerde el labio.

ㅡ ¿Si? ¿Y ayudas a todos los chicos bonitos con problemas de repostería o debería sentirme especial?

ㅡ Definitivamente siéntete especial, no me verás haciendo tantas malditas magdalenas por nadie más en mi vida.

ㅡ ¿Entonces soy muy especial?

ㅡ Por supuesto, cariño.

Beomgyu suelta una pequeña risa al ver el evidente rubor en las mejillas del rizado, y Yeonjun quiere hacerse pequeño y desparecer porque no puede ocultar todo el huracán de sentimientos que de golpe lo envolvían.

Terminan preparando sus tazas de té y Yeonjun ríe mientras Beomgyu le cuenta una historia sobre sus hermanas y como terminaron maquillándolo a las dos de la madrugada. Se siente doméstico, y terminan hablando en la cocina durante lo que parece ser una eternidad.

Hablan de todas esas cosas que nunca habían compartido entre ellos. Porque a pesar de que se sentía como si se hubieran conocido durante años y hubieran pasado por todo juntos, la realidad era que no sabían realmente mucho el uno del otro.

Yeonjun quería averiguarlo todo, desde las cosas más simples hasta las más complejas. Quería saber si a Beomgyu le gustaba el café o si podría vivir sin él, cuál era su restaurante favorito, que discusión podría hacerlo explotar y si siempre dormía de la misma manera o cambiaba de posición cada noche.

Todas las pequeñas y grandes cosas de Beomgyu, quería cada último detalle.
Y lo hizo, en la tranquilidad de su cocina mientras la luz de la luna se colaba por la venta y entre tazas de té, ambos comparten hasta los más mínimos detalles de sus vidas.

Y Yeonjun siente que nada podría ser mejor.

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