Y eso había sido todo. A pesar de que la comunicación jamás flaqueó desde que cada uno volvió a su rutina, sentía que no era suficiente, pero, de nuevo, no quería ser impertinente, no quería que ChanYeol lo viera como una molestia y se termina aburriendo de él.

—Sin duda, las relaciones a distancia son una mierda —susurró para sí mismo. Se atrevió incluso a dar un pisotón fuerte contra el suelo a modo de berrinche, si ChanYeol estuviera aquí, lo habría llevado por un café o a comer algo elegante con un nombre raro.

Desde que había vuelto a Corea para terminar sus estudios, notó lo aburrido que era su día a día, era obvio que algo le hacía falta y BaekHyun sabía que no era algo, sino alguien. A pesar de que en un inicio todo estuvo bien, porque ChanYeol se quedó un par de días en su regreso a Corea, siendo esa su oportunidad para devolverle el favor llevándolo a diferentes lugares turísticos y siendo esta vez quien tenía el mando, pero una vez que ChanYeol tuvo que volver a Francia por sus negocios sintió ese vacío.

Su madre en un inicio estuvo encantada con saber que finalmente tenía pareja, aunque BaekHyun no se lo había presentado para cuando se lo dijo, ya que seguía siendo un cobarde y lo fue aún más cuando su progenitora lo miró con recelo cuando supo la edad de ChanYeol. Ella no dijo nada al respecto, no era necesario, era obvia su poca aprobación a su relación, ya que a partir de ese momento se comportó un poco distante con él. Y ni hablar cuando le mostró los regalos lujosos que ChanYeol le había comprado en su afán de ser un buen yerno. Debió preverlo, su madre era una mujer de la vieja escuela, y decir eso de una coreana era mucho, al menos su ceño fruncido disminuyó cuando le dijo que si bien ChanYeol vivía en París y que había nacido allá, tenía raíces coreanas por parte su padre, eso bastó para que la tensión del ambiente disminuyera, pero solo un poco. Su madre quería que tuviera una pareja, pero al parecer su pareja no era lo que esperaba para él.

Daba igual, que su madre siguiera enojada si quería, él estaba muy ocupado extrañando a ChanYeol. Desde su manera de hablar con tanta propiedad y soltura, hasta cómo a veces cuando lo escuchaba discutir en francés algunos asuntos del hotel, tenía ese algo que simplemente le causaba escalofríos, pero de los buenos.

—Ya te lo dije, LuHan, no puedo simplemente viajar a otro continente, solo porque quiero ver a mi novio. —Bufó por la misma cantaleta de siempre, si fuera así de sencillo hace rato se hubieran visto en persona.

De hecho, si no fuera tan responsable, le hubiera dicho a ChanYeol para ir a visitarlo toda una semana, pero esa beca no llegó por algún milagro divino. Entonces solo le quedaba esperar como si tuviera la paciencia de un monje.

El otro doncel achicó sus ojos y le dio una palmadita en su frente que desconcertó a BaekHyun. Este último hizo una mueca, desconcertado por ese ataque injustificado.

—¡Oye! —gritó molesto por su actuar. Luhan le devolvió la mirada completamente aburrido, como si no le hubiera agredido hace poco. Incluso se encogió de hombros ante su reclamo—. ¡¿Qué sucede contigo?!

—Más bien, ¿qué sucede contigo? —El tono acusatorio en sus palabras lo dejaron frío—. Estás aquí dejando el camino libre para que cualquier gata rompe hogares se meta y te lo quite.

«Yo soy la gata rompe hogares», pensó BaekHyun ahora sí molesto, pero no con LuHan, sino con sí mismo. Su sucia y cochina consciencia estaba comenzando a maquinar miles escenarios nada convenientes para él.

—¡Discúlpame por no tener dinero para viajar a París cada fin de semana! —El dolor en sus palabras dejó al extranjero en shock. Él solo estaba bromeando, pero al parecer tocó una fibra sensible—. ¡Lamento no pudrirme en dinero como otros! —Giró su rostro a otro lado, pero terminó cruzándose de brazos y solo porque necesitaba desquitarse le terminó dando una patada al otro doncel por debajo de la mesa.

Dulce Tentación ➳ ChanBaekWhere stories live. Discover now