Intervención Divina

Strange Twist Of Fate

*Narra desconocido*

Había tanta oscuridad. Me lo imaginé más atractivo y un poco más optimista que esto. Entonces mintieron cuando dijeron que el infierno era el lugar donde terminaría, pero aquí estoy en total oscuridad y estoy seguro de que también estoy sordo. Este ataúd es demasiado cómodo, pero supongo que si vas a estar en él por, no sé, la eternidad, supongo que reconforta algo bueno, ¿verdad?

Camino con cuidado, pero no lo suficiente, ya que tropiezo con lo que parece un par de zapatos. Continúo mi camino por la alfombra. Esto es extraño, incluso para mí.

Estoy seguro de que la gente que escribe sobre el infierno quiere que suene increíble, pero a decir verdad, le vendría bien un servicio de limpieza. Finalmente llego al final, tocando una pared. Un muro liso, no de azufre; una pared pintada lisa. Deslizo mis manos por la pared hasta llegar a un interruptor de luz.

Encendí la luz y brillaba por haber estado en la oscuridad durante tanto tiempo, al menos creo que fue mucho tiempo. Una vez que mis ojos se acostumbraron, me di cuenta de por qué había alfombras, paredes pintadas y zapatos en medio del espacio. Estaba en mi antigua habitación. Todo estaba donde estaba cuando lo dejé.

Noté sangre en mi vestido y pensé que si voy a salir a ver cómo es el resto del Cielo, será mejor que me cambie. Primeras impresiones, dicen. 

Me paré frente al espejo y me reí para mis adentros: "Parezco una stripper".

Cuanto más miraba, menos me importaba cómo me veía, así que el conjunto se quedó. Me recogí el pelo en una coleta alta y salí para ver a qué me iba a enfrentar el resto de mi eternidad. Giré el pomo y abrí la puerta, sin estar muy seguro de lo que iba a encontrar al otro lado. Me decepcioné porque era la misma casa. Encontré las llaves en el perchero del pasillo cuando abrí la puerta principal. También parecía igual.

Entonces se me ocurrió algo, pero no podía ser posible en absoluto. Sólo en un sueño tendría tanta suerte. Una ventaja adicional en este paraíso era un lindo y pequeño coche deportivo ubicado en el camino de entrada.

"Ahora esto es mejor", dije cuando entré y aceleré el motor.

Conduje hasta el otro lado de la ciudad, donde esperaba tener suerte. Estacioné el coche en la parte de atrás y entré por la puerta. Escuché voces y mis entrañas hicieron su propia rutina de gimnasia.

Me paré en la puerta del comedor, apoyándome contra la pared, "He vuelto, perras".

FIN DEL PRIMER LIBRO

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