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Mercurio volvió a su órbita. No iba a mentir, todavía estaba algo asustado por lo que anteriormente había visto... Sobre todo porque en su cabeza no cabía lo serio que se había vuelto la situación.
La Tierra a punto de acercarse al sol por cuenta propia va a ser una imágen que nunca se va a borrar de su memoria. Lo aceptaba, sintió terror, a pesar de que sabía que la Tierra ni siquiera lo consideraba un amigo...
Pero ahora la prioridad no estaba en su posible trauma y como siente que no tiene amigos, eso es para después. Ahora la prioridad estaba en como ayudar a los problemas internos y externos que tiene ese particular planeta con vida.
Él genuinamente quería ayudarlo, hacerle saber que tanto para él, Venus, Marte y los demás era importante su existencia, que lo apreciaban a pesar de lo narcisista que podía llegar a ser.
Selene se había quedado con su planeta, dándole una plática sobre amarse a si mismo y hablando sinceramente con él como solían hacerlo hace mucho.
Mercurio no conocía tanto a la Tierra como Selene lo hacía, así que se apartó de ellos, ambos parecían dejar algunos rencores en el olvido, perdonadose mutuamente entre sí, y sinceramente eso alimentaba el corazón (núcleo) de pollo que Mercurio tenía con migajas de confianza que esos dos desprendían después de tanto tiempo, una vez más.
A veces él quería tener un tipo de conexión como tenían esos dos, una como de hermano mayor y hermano menor, que si se llevan bien. Porque claramente el sol no contaba... A él más bien lo veía como un "amigo" loco, muy loco. ¿Venus...? No, tampoco cuenta, ni siquiera se llevan bien y sería raro para él si Venus lo tratará con algo de dignidad.
Mercurio se perdió en su propia mente envidiando a los demás, hasta que (ni el mismo sabe como), su mente llegó a pensar en el lugar en el que Marte y Venus deberían estar...
Selene le había contado que, según la Tierra, ellos se fueron por direcciones contrarias pero ambos al cinturón de asteroides dándole la espalda. Tal vez si Mercurio le contaba a ellos dos por lo que la Tierra pasaba y como realmente él se sentía culpable y dispuesto a disculparse con todos, Marte y Venus irían con él y arreglarían todo. ¡Así todo acabaría bien!
Además, en caso de que la tal revolución de lunas o algo así, se hiciera más grande los cinco, siete contando a Phobos y Deimos podrían defenderse.
Con un plan perfectamente pesado, Mercurio se dispuso a buscarlos entre los asteroides del cinturón, deseando que el Sol no le lanze una llamarada por estar fuera de su órbita.
— ¿Marte? ¿Venus? ¡Aparezcan los dos dónde quiera que esten! -— Gritó en un tono moderado Mercurio.
Así estuvo por unos minutos, y en un momento se puso a jugar dando giros, a la vez que esquivaba los asteroides que se cruzaban por ahí o los alejaba con su gravedad, hasta que notó dos manchas de colores diferentes a las demás.
Paró rápidamente y después de recuperarse de su mareo su vista se aclaró y pudo ver a Marte y Venus... Parecían gravemente lastimados por lo que Mercurio se acercó a ellos rápidamente y muy preocupado.
— ¿Están bien...? ¿Qué pasó?
Venus tocio rocas, y miro con los ojos entrecerrados a Mercurio.
—¿T-Te parece que estamos bien? — A pesar de lo lastimado que estaba, Venus todavía tenía un poco de energía guardada para enojarse.
—¿¡Marte!? — Gritó Mercurio al ver qué el contrario solamente reaccionó a su llegada pero nada más que eso. — ¿Qué pasó...?
— Las lunas. Ellas hicieron todo esto. — Dijo Venus de una manera entrecortada, ronca y lenta.
— ¿¡LAS LUNAS!? No puede se-
— Vienen por la Tierra... Las lunas vienen por la Tierra, quieren matar a su vida... Otra vez.
La reacción de Mercurio cambio completamente, no sabía que hacer... Si antes pensaba que el sistema solar estaba en un contexto serio... Ahora no sabe cómo describir la situación que están.
Ésto se volvió mil veces más serio de lo que pensaba que sería.
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Dió su decimo suspiro del día... Estaba muy confundido y ya no sabía que es lo que estaba mal o bien.
— ¿Qué pasa? — Le pregunto su novia en un tono amable y una sonrisa.
— ... — Quedó en silencio, dió un suspiro y se dispuso a decirle lo que realmente siente a Europa. — No sé si lo que estamos haciendo es realmente lo correcto... Solo, ¡Mira! Marte nos trató muy bien antes de revelar el plan... Nos pasamos con ellos, los dejamos muy lastimados y-.... — Ganimedes paró por si solo al ver la cara indiferente de Europa, después de unos minutos ella cambio su cara a una sonrisa y después se dispuso a reír.
— Ay amor... Así no es como funcionan u cosas. Sí, tal vez les hicimos daño a "las personas equivocadas" pero ellos están en un contexto en el que nos favorece a nosotros... — Ganimedes la vió con una ceja levantada. — Sé lo que piensas, que suena muy egoísta, pero dime, ¿Ellos no lo fueron? Los planetas siempre fueron egoístas con nosotros, pensando que nosotros necesitamos de ellos pero ellos no de nosotros. Nos ven como objetos, como decoración... ¿Crees que vamos a estar esperando una eternidad hasta que suceda el gran milagro de que entiendan? ¿Nos quedaremos callados por miles y millones de años más? No.
Esto lo dejo callado... Europa tenía razón, tenían que llamar la atención de alguna manera para que lo empiecen a respetar... ¿Pero hasta el punto de lastimar a Marte y Venus, hasta eliminar a la vida en la Tierra...?
— Amor, no estamos para tener dudas del propio movimiento que estamos liderando... No tenemos tiempo para eso.
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974 𝖕𝖆𝖑𝖆𝖇𝖗𝖆𝖘
ᴘᴜʙʟɪᴄᴀᴅᴏ: 20/12/2023
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