Maximalismo y Minimalismo

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Mina Le habla en su video de YouTube “Explicando la tendencia al maximalismo de la generación Z” acerca del péndulo de la moda, concepto que, a continuación, se expondrá cómo se relaciona al emo y su absorción por parte del mercado.

“Durante los últimos 100 años o tal vez más, ha habido este péndulo natural entre el maximalismo y el minimalismo.”
Mina Le (2022). Explaining the gen z maximalism trend.

El maximalismo y el minimalismo han estado en guerra desde los principios de la moda, y eso es evidente cuando se lo ve como un péndulo, yendo de un lado al otro; en los 80´s se encuentra el glamour y la ostentosidad, mientras que los 90s choca las pasarelas con la elegancia de la simplicidad, para después caer en el exceso en los 2000s y que la sencillez reinara en los 2010s. Esto se debe tanto a la juventud cambiante como al estado de la economía de los países centrales. Y a su vez, esto da una explicación a la manera en que el emo fue vendido a lo largo del tiempo. En su auge, a pesar de no ser aceptado, reunía las cualidades para “encajar” en la moda del momento, mientras que no cumplía los requisitos necesarios para la década siguiente.
Al comienzo del 2020, según la teoría del péndulo, se supone que la sociedad se lance poco a poco al maximalismo. Cosa que pasó. Pero no como otras décadas. Gracias al gran alcance del internet, ahora el minimalismo y el maximalismo conviven como opuestos que no parecen tratar de posicionarse uno sobre otro, sino que se entienden como diferentes posturas hacia el autoconocimiento o la comodidad de cada individuo, al menos visto desde la individualidad, puesto que el mercado y la juventud (como población -masa-), en general siguen impulsando esta tendencia cambiante. El mercado va a apelar al consumo masivo, mientras que los adolescentes buscan revelarse contra lo impuesto por los adolescentes anteriores. Así es como se populariza y se transforma esta estética de internet; combinando la nostalgia de las eras no vividas (un gran causante del péndulo de la moda) junto con la cuarentena como oportunidad de autoexpresión sin tener que aguantar las burlas del mundo exterior. Los jóvenes toman elementos sutiles del emo para experimentar, y de manera veloz y eficaz, la industria del fast fashion (ropa de rápida producción en masa y mala calidad) lo absorbe y lo empuja en demasía. Luego, en el corto lapso de un año, se incorporan nuevas piezas de indumentaria características de la moda harajuku, en específico del decora, subcultura nacida en el noventoso Japón que se basa en el uso excesivo de accesorios, mezcla de texturas y muchos colores, con el objetivo de revelarse contra la glorificación por parte de los nipones hacia la simplicidad y la pulcritud, reclamar la felicidad de lo infantil en una sociedad que adultifica a los menores y reivindicar la individualidad en oposición al ideal de una comunidad homogénea. Estas adiciones del harajuku constan de colores pasteles, medias largas con estampados tiernos y broches coloridos (elementos que también terminan siendo absorbidos). Pero también hay otras prendas apropiadas, como el gorrito de conejo, que fue popularizado por ídolos de kpop y los auriculares con orejas de gato, asociados a las streamers.
Como se puede ver, se trata de una mezcla de estéticas que los mismos jóvenes ignorantes de las ideologías de mantienen estas contraculturas junto con el capitalismo que apolitizó estas prendas, lograron crear para y por una comunidad online carente de valores e ideales. Un mero collage inmaduro e insípido que brota de la falta de un colectivo en el que sentirse rebeldes y aceptados. Una simple moda pasajera.

Mercantilización de la Cultura EmoWhere stories live. Discover now