Entrenador Beom ^_^ YeonGyu

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ㅡ ¡Te he echado de menos! ㅡ Exclama con brillo en sus ojos ㅡ Ayer mi papá y yo fuimos al parque con la pelota que me regalaste y le marqué todos los goles, ¿Te lo puedes creer?

ㅡ No me sorprende para nada, pero no se lo digas a tu padre.

Yeonjun rueda los ojos, pero sonríe, y cuando Beomgyu lo mira, siente que todo el aire en sus pulmones desaparece.

ㅡ ¿Nos vemos luego? ㅡ Beomgyu le pregunta y se ve tan bonito, tan perfecto, que Yeonjun piensa que no puede ser real.

¿Quién se veía tan malditamente bien en ropa deportiva? Yeonjun estaba convencido de que Beomgyu era la única persona que se veía tan increíblemente bien vestido así.

ㅡ Intentaré no llegar demasiado tarde. ㅡ Dice sonriente, escondiendo sus manos en las largas mangas de su suéter.

ㅡ Inténtalo, porque estaré deseando verte.

Y Yeonjun siente como todo su cuerpo tiembla con las palabras del peine, y está seguro de que puede escuchar a su propio corazón suspirar.

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Yeonjun, de hecho, acaba llegando tarde.

Pero no es debido al trabajo o al tráfico, es debido al huracán de sentimientos que lo arrastran hasta el caos.

Se encuentra en el estacionamiento del club de fútbol una vez más, intentando encontrar el valor de bajarse y afrontar aquello a lo que tanto teme. El miedo al abandono una vez más, a enamorarse de alguien y que no funcione. Porque si eso ocurre, no está seguro de poder recoger los pedazos de su corazón y construirlo de nuevo.

Pero finalmente decide salir y dejar el miedo atrás, porque ya no había nada que pudiera hacer, ya no había vuelta atrás. Su corazón ya gritaba «Beomgyu» sin cesar y no había nada que pudiera hacer para detenerlo.

Y si es sincero, no quiere que se detenga. Y espera, que el de Beomgyu grite el suyo con la misma intensidad.

ㅡ ¡Papi! ㅡ Minji exclama emocionada al ver a su padre caminado por el campo, y sale disparada hasta él.

ㅡ Hola, amor. ㅡ Yeonjun la saluda tomándola en brazos y dejando un casto beso en su frente.

ㅡ Te he echado mucho de menos.

ㅡ Yo a ti mucho más. ㅡ Dice con una sonrisa.

Minji lo abraza con fuerza antes de que su padre la vuelva a dejar en el suelo y empieza a dar salitos de emoción, moviendo su cabello que se encontraba recogido en una coleta ya despeinas de un lado a otro.

ㅡ Voy por mis cosas ㅡ Dice alegremente ㅡ ¡Te tengo que contar como Jaeyun casi consigue marcar un gol!

Yeonjun suelta una pequeña risa y asiente.

ㅡ No puedo esperar a escucharlo.

Minji sonríe antes de salir corriendo hasta donde solía dejar sus cosas, y entonces, los nervios vuelven a golpear a Yeonjun.

ㅡ Se me hace raro que no haya harina esparcida por todo tu rostro, ¿Debería preocuparme? ㅡ Es lo que Beomgyu dice una vez están solos, y el corazón de Yeonjun se acelera.

ㅡ Es que hoy tengo una cita ㅡ Dice, con las mejillas levemente sonrojadas.

ㅡ ¿Ah sí? Debe ser una cita importante entonces.

ㅡ Oh lo es, incluye minions, una niña de siete años con mucha energía y un entrenador lo suficientemente loco como para ayudarme a hacer doscientos cupcakes en mitad de la noche.