Entrenador Beom ^_^ YeonGyu

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ㅡ Supongo. ㅡ Yeonjun sonríe al recordar la forma en la que Beomgyu parecía encantado de que Minji fuera a estar con ellos, la forma en la que hablaba de su hija como si fuera la niña más increíble del mundo.

ㅡ Me alegro mucho por ti, Yeonjunie.

ㅡ Gracias Hyuka ㅡ Le sonríe y se siente más tranquilo ahora que su mejor amigo estaba allí ㅡ Ahora ayúdame a terminar la cena antes de que Minji se queje de que tiene hambre.

ㅡ Marchando, señor. ㅡ Dice haciendo un saludo militar a lo que el rizado rueda los ojos.

Al menos, pase lo que pase, siempre tendría a Kai.

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El viernes llega, y con él, una bomba de nervios que estalla dentro de Yeonjun. Las mariposas se prenden fuego, y quizás se convierten en murciélagos que muerden y arañan cada parte del interior del rizado. Se siente como un huracán explotando dentro de él, y cuando detiene el coche en el aparcamiento del club de fútbol siente que va a desmayarse.

Probablemente estaba siendo dramático, no era para tanto. Pero de algún modo, lo era. Yeonjun había tenido citas, pero aquello había sido antes, hace mucho tiempo atrás, antes de tener que poner a su hija por encima de cualquiera, incluso de él.

Salir con alguien lo complicaba todo, porque cuando aquello terminara, no tan solo tendría que lidiar con su propio dolor, sino que también tendría que lidiar con el de Minji. Tenía que dejar su propio dolor a un lado y poner una sonrisa para la pequeña y hacer como si todo estuviera bien.

Y aunque Yeonjun siempre había sido un profundo romántico sin remedio, el miedo de que las cosas salgan mal le detenía siempre de tan siquiera intentarlo.

Porque teniendo a Minji no necesitaba a nadie más.

O eso creía hasta ahora.

ㅡ ¿Nervioso? ㅡ Minji pregunta desde la parte trasera del coche, sentada en su silla morada con los brazos cruzados.

ㅡ ¿Por qué lo dices, cariño? ㅡ Yeonjun pregunta mirándola a través del espejo retrovisor con una sonrisa nerviosa.

ㅡ Llevamos aquí diez minutos, papi.

Es entonces, que Yeonjun se da cuenta que llevan parados en aquel estacionamiento más tiempo del que creía, que había sido completamente absorto por sus pensamientos.

ㅡ Oh. ㅡ Es todo lo que es capaz de decir mientras sonríe un tanto avergonzado.

Quizás estaba actuando como un niño pequeño, pero volvería a ver a Beomgyu después de haberlo besado, después de que se besaran bajo la lluvia hasta que sus labios se hincharon, y decir que no estaba nervioso sería una completa mentira.

ㅡ ¿Podemos ir ya? ㅡ Minji pregunta desabrochándose el cinturón para seguidamente colocar su pequeña mano en el hombro de su padre ㅡ Estarás bien papá.

Son las palabras que de alguna manera necesitaba, dichas palabras por la persona que más le importaba, así que Yeonjun se siente mucho más aliviado ahora, mucho más valiente.

ㅡ Por supuesto amor, vamos.

Salen del coche y cuando entran en el campo de fútbol, la pequeña corre hasta su entrenador haciendo que Yeonjun sonría levemente.

ㅡ ¡Entrenador Beom!

ㅡ Hola pequeña. ㅡ Beomgyu la abraza con la mayor sonrisa en su rostro, y las mariposas dentro de Yeonjun empiezan a revolotear.