Soltando un bufido mientras cierra sus ojos vuelve a negar—Ya te dije que no Antonella.

—Bue, ¿Te levantaste con la tanga cruzada? morocha loca—esto último hace que una sonrisa se dibuje en la cara del defensor, por mas que quería hacerse el duro, el mal humor por la discusión de horas atrás se había ido en cuanto comenzo a compartir aire con Antonella
—bueno porfin te reíste.

—Dejame, sino te saco la tarjeta.

—Ya me la diste negro gay—acota Antonella, él ríe—¿Qué pasó? ni te despediste de Karen..

Rascando su nuca niega—Na', desde la semana pasada que me viene jodiendo con que la voy a cagar con alguna en la joda esa que hace Paulo..

—¿Y lo vas hacer?

Formando montoncito con su mano vuelve a negar—Ni en pedo, nose porque se hace tanto la cabeza.

Antonella asiente levemente, recargando su espalda en el asiento mira por la ventana.. Traga con dificultad cuando al estirar su mano, logra hacer que toque la del morocho, asi reaccionaba ante cualquier roce que tuviera con él, como si el cuerpo ajento tuviera poder en ella por mas minimo que fuera el tacto—Que bajón—murmura sin quitar la vista del cielo, esto hasta que siente como los dedos de cristian camina por encima de su brazo apoyado, sus ojos van a él, quien concentrado en lo que hace, suspira con pesadez.

Después de ello, relame sus labios acariciando la mano de la rubia—¿Así que te acordaste de mi cuándo estabas por coger con Enzito?—pregunta aún sin mirarla, con su voz ronca debido a la carraspera, provocando sensaciones desconocidas en la menor.

Podría decirse que su zona de estímulo comenzaba a palpitar, sus piernas se juntan inconscientemente y en esa acción, sus rodillas chocan con las de Cristian, provocando que su mirada caiga, haciéndolo sonreír.

Sus brazos eran iguales a los de una gallina y una ola de calor se hace presente en su cuerpo, recorriendolo por completo, ella solo aclara su garganta y asiente sin mover su brazo, le gustaba sentir al morocho, mas aún, le gustaba sentirse-por primera vez- intimidada por alguien, aquello que nunca nadie había logrado, solo Cristian.

Ladeando una sonrisa, baja una de su manos, agradecia tenerla en el asiento de en frente y poder ver como la ponía al tocarla, se imaginaba miles de cosas, entre ellas como se pondría si comenzara a tocar otras partes de cuerpo, las zonas sensibles de la menor.

Pasando su mano por encima de la tela de su jogging, la lleva hasta su entrepierna y ella moviendo su pelvis hacia adelante le permite al morocho tener mas acceso.
Él, al percatarse de tal movimiento sonríe fijando sus ojos en los ajenos y niega—Sos terrible eh.


A él le hubiera gustado ir mas alla, verla sin todas esas prendas que lleva puesta y ella deseaba tener esos dedos que le generaba tanta curiosidad dentro suyo, Pero toda esos pensamientos se van y la calentura baja de repente cuando la voz del piloto les informa que están por aterrizar, haciendo que el morocho se aleje mirando hacia otro lado, esquivando los ojos de la menor que aunque le parecía correcto evitar tal suceso, en su interior se estaba muriendo por ser ahorcada y sacudida por él.

Otra vez, el ambiente se volvía a poner tenso, ambos mirando hacia cualquier lado ignorandose por completo entre si, él mueve su pie ya impacientado, ella tanteando sus dedos contra la mesa mientras muerde la pielcita de su labio pensando en que habría pasado si sus manos se sumaban a ese jugueteo repentino.

BABY LOVER | Cuti RomeroWhere stories live. Discover now