A Yeonjun le sorprende la manera en la que Beomgyu lo dice, tan seguro, con aquella sonrisa tan clara, tan sincera. Yeonjun sabe, que tener una hija hace las cosas un tanto más complicadas para encontrar a alguien, porque no todo el mundo quiere o está preparado para el compromiso que eso conlleva.
Pero Beomgyu era la primera persona que parecía no importarle en lo absoluto. O más, la única persona que parecía encantado de que con Yeonjun también venga Minji. Y eso es tan nuevo para el rizado, tan abrumador, que no sabe que decir ni cómo sentirse al respecto.
ㅡ ¿Has hecho cupcakes alguna vez? ㅡ Es lo que decide decir, en un intento de retener las mariposas que habían prendido vuelo en su interior.
Beomgyu sonríe y niega. ㅡ Una vez hice tortitas, pero las quemé.
Yeonjun suelta una pequeña risa y asiente, tomando de nuevo la manga pastelera entre sus manos.
ㅡ Bien, bueno, por suerte esto será más fácil.
Beomgyu asiente, pero antes de que Yeonjun pueda comenzar a explicarle lo que debe hacer, coloca su mano sobre la suya.
ㅡ Si crees que acabarás más rápido sin mi aquí puedo irme, no quiero estorbar.
Yeonjun mira la mano de Beomgyu sobre la suya, y su rostro de confusión enseguida se suaviza y una enorme sonrisa se dibuja a lo largo de sus labios.
ㅡ No, me alegra que estes aquí. ㅡ Beomgyu asiente repetidas veces mientras aparta la mano.
ㅡ Bien, pues empecemos con esto.
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Resulta que la ayuda de Beomgyu fue más útil de lo que ambos imaginaban. Y dos horas más tarde, después de anécdotas, risas y mucho merengue de fresa, los doscientos cupcakes están hechos.
ㅡ Bien, finalmente hemos terminado. ㅡAnuncia Yeonjun con una sonrisa, cerrando la puerta de la nevera.
ㅡ He sido más útil de lo que pensaba.
ㅡ Has sido un ángel, sin ti probablemente aún tendría demasiado trabajo por hacer.
Beomgyu sonríe y se cruza de brazos mientras observa cómo el rizado termina de limpiar la enorme encimera.
ㅡ Entonces me alegra haber venido.
ㅡ A mí también, no sé cómo agradecértelo
ㅡ Bueno, una cita el viernes por la noche viendo una película para niños con Minji me basta. ㅡ Dice con una sonrisa divertida.
Yeonjun termina de limpiar, y camina hasta quedar frente del pelinegro, con una sonrisa cansada en su rostro.
ㅡ ¿No te importa? ㅡ Beomgyu frunce levemente el ceño.
ㅡ ¿El qué?
ㅡ Que sea una cita y Min esté con nosotros.
ㅡ No, claro que no ㅡ Sonríe ㅡ De hecho, me encanta. Minji es maravillosa.
Eso es todo lo que Yeonjun necesitaba escuchar, confirmar que Beomgyu estaba bien con ello. Porque lo más importante para Yeonjun siempre sería Minji, siempre iría, antes que nada, y necesitaba que Beomgyu fuera consciente de eso.
ㅡ Entonces, supongo que puede ser una cita.
ㅡ Genial ㅡ Beomgyu sonríe, acercándose para acariciar una de las mejillas rosadas del rizado ㅡ Ahora deberías descansar, bonito.
Yeonjun siente como las mariposas que lleva toda la noche intentando retener, rompen sus jaulas para volar libremente. Hace mucho tiempo que no siente algo así, que no es tratado de aquella forma. Como si fuera algo que realmente valiera la pena, como si realmente fuera apreciado.
ㅡ ¿Tanto se nota que estoy cansado? ㅡsusurra cerrando los ojos, gustoso ante el toque.
ㅡ Un poco, pero es normal. Es muy tardeㅡ Yeonjun no abre los ojos, pero si lo hiciera, podría ver el brillo en los ojos azules de Beomgyu, la forma en la que sus ojos desprendían cariño ㅡ Yo debería irme también.
ㅡ Sigue lloviendo ㅡ Dice entonces, abriendo los ojos y apartándose un poco del mayor para mirar por la ventana.
ㅡ Prometo tener mucho cuidado, mi apartamento no está lejos de aquí de todas formas. ㅡ Yeonjun asiente y después de dedicarle una pequeña sonrisa camina hasta la puerta principal.
Una vez allí, con las luces suaves que venían de la sala, el olor a cupcakes en el aire y el sonido de la fuerte lluvia afuera, Yeonjun siente que está en un sueño. Que no es real que el entrenador de su hija haya decidido pasar la noche de un miércoles ayudándolo a hornear doscientos cupcakes.
Pero era real, y ahí estaban.
Y aunque todo aquello le daba vértigo, también era todo lo que había deseado desde hace mucho tiempo.
Quizás desde la primera vez que lo vio sentando en mitad de un campo de fútbol enseñándole los tatuajes de sus brazos a su pequeña hija.
ㅡ Mucho cuidado, por favor. ㅡ Le dice cuándo se encuentran justo delante de la puerta.
Beomgyu sonríe, como si la preocupación de Yeonjun hacia él fuera la cosa más adorable del mundo.
ㅡ Lo prometo, no es tan fácil librarse de mí.
ㅡ Eso espero, tienes una cita con los minions en dos días. ㅡ Yeonjun sonríe, y Beomgyu suelta una pequeña risa haciendo que el cuerpo entero de Yeonjun vibre.
ㅡ No me la perdería por nada.
ㅡ Más te vale, Choi.
Ambos se miran con ojos brillantes y sonrisas nerviosas.
ㅡ Buenas noches, Jun.
ㅡ Buenas noches, Gyu.
Beomgyu abre la puerta principal, toma el paraguas que había dejado sobre la pequeña mesa de la entrada y sale del hogar de Yeonjun.
El rizado lo ve marcharse, mordiéndose el interior de su mejilla. Y es entonces, en apenas cuestión de segundos, que Yeonjun sale de casa y corre hasta él.
Sin importarle la lluvia o el frío.
Sin importarle nada en lo absoluto.
ㅡ ¿Yeonjun, que hace...? ㅡ Beomgyu intenta preguntar cuando Yeonjun se encuentra de repente bajo su paraguas.
Pero no lo deja terminar, sus brazos se envuelven en su cuello y sus labios finalmente se juntan. Se besan por segunda vez bajo la lluvia, en mitad de la noche, debajo del paraguas negro del pelinegro. Y aunque Beomgyu parece sorprendido al principio, rápidamente le sigue el beso a la vez que una de sus manos encuentran su cintura.
Esta vez, Yeonjun se permite disfrutar del beso, sin pensar en nada más que no sea en Beomgyu, en lo bien que se siente besarlo, en el dulce sabor en sus labios a merengue de fresa, en las mariposas que finalmente se prenden fuego en su interior.
En mover sus labios con calma y decir a través de ellos todo lo que no es capaz de decir con palabras.
Y cuando finalmente se separan, ambos sonríen mientras sus respiraciones se juntan.
ㅡ Estas descalzo. ㅡ Es lo primero que Beomgyu dice con la mayor sonrisa en sus labios.
ㅡ Lo sé. ㅡ Yeonjun también sonríe, mientras siente como todo su cuerpo se vuelve loco al estar en los brazos de Beomgyu.
En los brazos del entrenador de su hija.
ㅡ Estas loco. ㅡ Beomgyu ríe.
ㅡ También lo sé. ㅡ Se muerde el labio en un intento de ocultar su sonrisa.
ㅡ Y me estás volviendo loco a mí.
ㅡ Ambos podemos estar locos, juntos.
Beomgyu suelta una pequeña risa mientras niega, y esta vez, Yeonjun lo vuelve a besar.
Aquella noche, lo besa y lo besa hasta que Beomgyu le dice que tiene que entrar a ponerse ropa seca antes de enfermarse. Y cuando vuelve a estar en la calidad de su hogar, Yeonjun sabe que ya no hay marcha atrás.
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Entrenador Beom ^_^ YeonGyu
De Todoˑ 。 ! ≛ ، . ‹ 冬◞¡ ˖ ✶ʾʾ ﹗ ‣ ֶָ֢֪ ‹ ⋆ ‣ ぁ ˖ ›⋆ Ꮺ ָ۰ Minji Choi es la única niña en el equipo infantil de fútbol, del cual, Beomgyu es el entrenador. Yeonjun es un joven padre torpe y tímido, Beomgyu es divertido y todo lo que Yeonjun no sabía que nec...
